“Buscad a Jehová todos los humildes de la tierra, los que pusisteis por obra su juicio; buscad justicia, buscad mansedumbre” ( Sofonías 2:3). ¿Recuerdas cómo eras antes de acercarte a Dios? Tal vez te pasaba como a mí: cegado por el orgullo, mi ego no me permitía recibir consejo de nadie para tomar una decisión en mi vida. O quizás, tu comportamiento, reacciones o actitudes generaban agravio en los demás, y sin importar opinión alguna, te llevaron a perderlo todo: afectos, trabajos, oportunidades que se presentaron… Hacíamos lo que nos parecía que estaba bien, cegados por el mismo orgullo, despreciando ser corregidos. Pero la humildad nos lleva a reconocer que podemos estar errados y que necesitamos ayuda. Cuando rompemos la barrera del orgullo, podemos acercarnos a Dios y declarar desde nuestro interior cuánto necesitamos que Él ordene nuestra vida, que nos guíe a tomar las decisiones correctas para ya no sufrir las consecuencias; que nos enseñe a caminar en esta vida. Procurar ser justos es obedecer la Palabra de Dios y confiar que Su dirección será la guía necesaria y suficiente para nuestro caminar. Nunca dejemos de reconocer cuánto necesitamos de Su Espíritu Santo para ser justificados. Desafío: Toma un momento en la presencia del Señor para reconocer y expresarle tu necesidad de Su persona, de Su intervención en tu vida y en todas las decisiones que tengas que tomar. Verás cómo todo es diferente cuando el Espíritu Santo toma el control.
- Sofonías 1:1-18 | (Leer)
- Sofonías 2:1-15 | (Leer)
- Apocalipsis 11:1-19 | (Leer)
Comentarios