"Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que estos" Marcos 12:30-31.
Jesús nos dijo que el principal mandamiento es amar a Dios, pero no de cualquier manera, sino hacerlo con todo nuestro ser. Cuando alguien dice amar a otra persona, está diciendo que se ha enamorado, y alguien enamorado hace cualquier cosa por el otro. Basta con observar a dos jóvenes en esta etapa y podemos verlos casi “pegados” el uno del otro; es entonces que decimos: “están enamorados”. Amar a Dios incluye estar con Él, pasar tiempo, pensar en Su reino y dar lo mejor de nosotros para servirle.
Ahora bien, de inmediato nos coloca un gran desafío: Amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. El prójimo es toda persona que nos rodea, incluye aquella que tal vez nos hizo daño, la que nos desilusionó, la que está enojada actualmente con nosotros… Pero es interesante observar que el Señor no nos da una sugerencia, tampoco pide una opinión al respecto, Él nos da una orden: amarlos.
Tenemos un gran reto por delante: ser obedientes al Señor, así estaremos haciendo la voluntad del Padre.
Desafío del día: Revisa tu amor por el Señor, entendiendo que la palabra clave es “con todo”. ¿Lo amo con todo mi ser, y por consecuencia amo al prójimo como a mí mismo?
- Éxodo 29:1-46 | (Leer)
- Éxodo 30:1-38 | (Leer)
- Marcos 12:1-44 | (Leer)
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