"Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá" (Lucas 11:9-10).
En este capítulo Jesús enseña un modelo de oración, y narra la historia de dos amigos, en la que uno, a una hora inoportuna, golpea la puerta del otro, y pide pan. Jesús enseña en estos versículos:“Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá”.
No solo es necesario orar, sino también ser constantes. La mayoría de las personas oran cuando están en una gran necesidad. Necesidades laborales, económicas, compromisos, enfermedades o problemas familiares les recuerdan que es el momento de orar; y Dios responde al clamor y a la oración porque es misericordioso.
Pero más interesado está en que desarrollemos una vida de oración para establecer con Él una relación.
La oración es la manera de golpear la puerta de nuestro mejor amigo y presentarle nuestra necesidad. Nuestro mejor amigo se llama Jesús, él nunca nos desamparará. Pero también es necesario que pasemos tiempo con Él, y no solo que nos mostremos interesados por algo que nos puede dar.
Desafío: Te desafío a que si aún no lo has hecho, apartes un tiempo todos los días para buscarlo, para pasar tiempos de calidad con Él. Verás resultados sorprendentes en tu vida, tu salud, tu economía, y en tu familia.
- Levítico 19:1-37 | (Leer)
- Levítico 20:1-27 | (Leer)
- Lucas 11:1-54 | (Leer)
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