“Entonces les dijo: Pues dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. Y no pudieron sorprenderle en palabra alguna delante del pueblo, sino que maravillados de su respuesta, callaron” (Lucas 20:25-26).
Si hay algo que Jesús nos ha enseñado sin cesar, fue el valor de la honra. En este pasaje habla de honrar a las autoridades, honrar las obligaciones, honrar las deudas. Sin embargo, existen personas cuyo estilo de vida es el endeudamiento: tienen tarjetas de crédito que usan cotidianamente, otros tienen sus recibos de sueldo embargados, su casa hipotecada, tarjetas de shopping, etcétera.
Entiendo que vivir con deudas es como pender de un hilo en la vida, es decir, ¿qué pasaría si nos quedáramos sin trabajo o las entradas económicas mermaran? ¿Te lo preguntaste? Muchos son afectados por problemas similares y, por lo tanto, las deudas se vuelven como bolas de nieve, imposibles de pagar. Una de las mayores huellas que podemos dejar a los que nos rodean, contrariamente, es ser personas que no se endeudan, que pagan sus compromisos en término y como corresponde, lo que hablará en forma contundente de lo que Jesús hizo en nuestras vidas. Honremos nuestras deudas, ordenemos nuestras economías, aprendamos a ahorrar y seremos prosperados.
Desafío de hoy: Revis tu área económica. Propónte, en lo que de ti dependa, no endeudarte más, y comprométete en este año a pagar cada una de tus deudas.
- Números 7:1-89 | (Leer)
- Números 8:1-26 | (Leer)
- Lucas 20:1-47 | (Leer)
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