“Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna” (Juan 4:13).
El agua es uno de los elementos vitales del ser humano. El cuerpo está compuesto por un 70 % aproximadamente de esta, por eso los médicos recomiendan tomar mucha agua a diario para tener lo que una persona necesita.
Jesús va a usar este elemento para compararlo con la llenura del Espíritu Santo, diciéndonos que si bebiéramos de Él no volveremos a tener sed jamás. ¡Qué extraordinaria promesa!
Ahora bien, el trabajo, los estudios y las distintas actividades que realizamos, ya sean dentro como fuera de la iglesia, nos demandan tiempo y recursos. A veces nos cuesta continuar con ellas, tenemos días donde nos cansamos o nos sentimos débiles, y esto es absolutamente normal. Pero la Palabra de hoy nos enseña que en Jesús tenemos el agua que nos vivifica y nos da nuevas fuerzas para continuar. Todo en esta vida es pasajero, pero Cristo, y todo lo que viene de Él son para siempre. Procuremos tomar continuamente del manantial de Su Palabra para que Su Espíritu nos lleve a realizar las mejores obras y nos muestre el camino hacia una eternidad con Él.
Desafío de hoy: Toma un tiempo para llenarte del Espíritu Santo, si recibiste el bautismo, hablar en otras lenguas, permite que el Espíritu vivifique todo tu ser.
- Números 23:1-30 | (Leer)
- Números 24:1-25 | (Leer)
- Juan 4:1-54 | (Leer)
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