“Y Jehová dijo a Moisés: Toma a Josué hijo de Nun, varón en el cual hay espíritu, y pondrás tu mano sobre él; Y pondrás de tu dignidad sobre él, para que toda la congregación de los hijos de Israel le obedezca” (Números 27:18, 20).
Antes de partir de esta tierra, Moisés debía dejar todo en orden. Tenía que delegarle la autoridad a su sucesor Josué en presencia de todos, y el cargo para que continuara con la obra del Señor. Qué triste es observar cómo grandes hombres y mujeres con tremendos llamados de parte de Dios, al partir de esta tierra, dejan sepultado su llamado, su ministerio. Cuando el Señor comienza algo, siempre lo termina. Basta con ver toda la historia bíblica, la cual tiene un principio y un fin.
Y cada hombre que tomó el llamado, fue un legado de alguien que lo antecedió. Aun, luego de los años de silencio, Dios volvió a llamar a un hombre para que la historia continuara. Si vemos a los discípulos, por ejemplo, fue traspasado el legado de Jesús en ellos.
Hoy nosotros continuamos con la obra, pero la pregunta es: ¿estamos formando gente para que algún día continúe con el legado?
Es maravilloso terminar este devocional viendo lo que expresa la Palabra: “y pondrás tu dignidad sobre Él”. La dignidad es la cualidad de quien merece respeto. Qué extraordinario es levantar y traspasar ministerios dignos de respeto.
Desafío: Te animo a que lleves tu llamado a un nivel más alto, púlelo, purifícalo, perfecciónalo, y busca discípulos a los cuales influenciar.
- Números 27:1-23 | (Leer)
- Números 28:1-31 | (Leer)
- Juan 6:1-71 | (Leer)
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