Día 75: “Jesús es la fuente de vida”

“En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva” (Juan 7:37-38).

Sin lugar a dudas, la mayoría de nosotros llegamos al Señor con una sed que no podíamos saciar con nada. Algunos, en pos de satisfacer ese gran vacío que sentíamos, hicimos varias cosas de las cuales, con el tiempo, nos arrepentimos. Tal vez consultamos con personas a las que nunca deberíamos haber recurrido, nos metimos en lugares que nunca debimos haber pisado, entregamos nuestro corazón a gente que nos causó mucho daño.

El vacío existencial es lo que provoca esa sed en el hombre. Por eso Jesús alzó la voz diciendo: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba”.

Seguimos observando que el mundo corre intentando saciar una sed indescifrable; pero Jesús sigue ofreciendo el agua verdadera que nos aleja de la confusión, y nos acerca a su fuente inagotable de amor.

Jesús, lleno de esa agua de vida, animó a otros a experimentarla. No alcanza con sentirnos satisfechos, nuestra responsabilidad es compartir de esa agua de vida.

Desafío: ¿Te animas a ser un canal de bendición para otros y que de tu interior corran ríos de agua de vida? ¡El mundo agoniza, comparte de Jesús!

  • Números 29:1-40 | (Leer)
  • Números 30:1-16 | (Leer)
  • Juan 7:1-53 | (Leer)

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