“Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré” (Juan 14:13-14).
Jesús está hablando a los discípulos, y promete que todo lo que pidieran en Su nombre sería hecho. No dice algunas cosas, sino que todo lo que pidieran en Su nombre, Él lo haría. Esta palabra no es para cualquier persona, es para aquel que sea discípulo de Cristo.
Ahora bien, por lo general, el ser humano, aun siendo creyente, es impaciente y más en estos tiempos, donde todo se quiere ya. ¡Cuántos problemas tiene aquel que es impaciente! La impaciencia te lleva a cometer torpezas, a tomar decisiones bajo el dominio de las emociones o a echar mano de cosas que tal vez no provengan de Dios. Basta con observar a personajes como Abraham y Sara con su hijo, o a Pedro cuando cortó la oreja de un soldado, para darnos cuenta de esta realidad.
Desafío: Cuando sentimos que nuestras oraciones no son contestadas, que no tenemos respuesta a nuestro favor, es importante esperar. Es esencial entender que Dios no tiene límites, pero sí tiempos; y en ocasiones, como dicen las Escrituras, no son nuestros tiempos.
La promesa está dada y Él lo hará, solo debemos aprender a ser pacientes, a confiar, esperar y creer con todo nuestro corazón.
¡No desistas, tu bendición está en camino!
- Deuteronomio 7:1-26 | (Leer)
- Deuteronomio 8:1-20 | (Leer)
- Juan 14:1-31 | (Leer)
Comentarios
Desafío: Cuando sentimos que nuestras oraciones no son contestadas, que no tenemos respuesta a nuestro favor, es importante esperar. Es esencial entender que Dios no tiene límites, pero sí tiempos; y en ocasiones, como dicen las Escrituras, no son nuestros tiempos.
Amén!
Isaías 55:8
Isaías 55:9
Habacuc 2-4
Is.26:
GRACIAS SEÑOR, porque si pedimos conforme a tu VOLUNTAD, nos oyes!
ALELUYA!!