“Mas no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste” (Juan 17:20-21).
En este capítulo de Juan, Jesús va hacer una oración muy célebre sobre la unidad de Sus discípulos y de toda Su iglesia; y declara que es fundamental para quienes no conocen al Señor, para que, al ver la unidad de su pueblo y su iglesia, puedan creer en él.
Por este motivo es que tengo que ser un agente de unidad para mi congregación, un pacificador y un gran entusiasta en mantener la unidad. Hoy mucha gente pasa por las congregaciones, sin permitir que estas pasen por ellas. Gente de paso, de iglesia en iglesia, los llamados creyentes golondrinas que van de congregación en congregación, son un ejemplo de personas que nunca lograrán madurar y mucho menos crecer. Porque son como plantas que se trasplantan de tierra en tierra sin lograr echar raíces.
El diablo trabaja para dividir tu matrimonio, tu familia, tus hijos y también la familia de la fe. Jesús ya oró, ahora es nuestro turno orar y trabajar cada día por la unidad de Su pueblo.
Desafío: Te animo a comenzar a orar por tu congregación y, puntualmente, por la unidad; que observes qué acciones prácticas puedes tener en pos de la misma.
Dios es Aquel que une, no divide.
- Deuteronomio 13:1-18 | (Leer)
- Deuteronomio 14:1-29 | (Leer)
- Juan 17:1-26 | (Leer)
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