“E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza…” (1 Samuel 1:11).
Ana fue la madre de un gran siervo de Dios: Samuel. ¡Su vida nos alienta! Es interesante observarla en medio de su proceso. Cuenta la Biblia que lloraba, no comía, y su corazón estaba afligido, pero a pesar de todo ella oraba a Dios e hizo un voto. Fue entonces que su esterilidad fue cancelada, y el Señor hizo el milagro.
En ocasiones podemos sentir que hay áreas de nuestras vidas que atraviesan tiempos de esterilidad. Las cosas no salen, los proyectos se traban, las bendiciones parecieran no llegar… Si estás pasando un tiempo de aparente esterilidad en algún área de tu vida, lo primero que tenés que asegurarte es que, lo que le estás pidiendo al Señor es cien por ciento Su voluntad. Que naciera Samuel era indudablemente Su voluntad.
Por otra parte quiero recordarte que Dios sigue siendo poderoso para revertir cualquier situación; así que, no dejes de clamar, no dejes de adorar, porque es solo cuestión de tiempo hasta que veas nacer lo que Él tiene preparado para ti. ¡Si lo hizo con Ana también lo hará con tu vida!
Desafío de hoy: No te resignes a la esterilidad. Presenta y evalúa tu petición delante de Dios. Eleva un clamor poderoso y, si fuera necesario, haz guerra espiritual.
- Rut 4:1-22 | (Leer)
- 1 Samuel 1:1-28 | (Leer)
- Romanos 3:1-31 | (Leer)
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