"Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame" (Lucas 9:23).
La cruz era un símbolo de muerte, un medio por el cual un condenado por un delito o un asesinato pagaría sus culpas; y esto sería a través de su propia muerte.
La cruz fue uno de los primeros símbolos que caracterizaron rápidamente al cristianismo, y hasta el día de hoy se los puede ver en algunas lunetas de los autos, en remeras de grupos de jóvenes, en las Biblias o aun como colgantes o pulseras.
Jesús fue condenado injustamente, siendo puro y sin pecado fue llevado al madero y crucificado entre ladrones.
Nadie podría tener el deseo de ser crucificado y llevar su cruz hasta el lugar donde sería sacrificado. El Señor, nuevamente va a utilizar este elemento para enseñarnos profundamente la necesidad de negarnos a nosotros mismos. Seguir a Jesús no es seguir una religión, sino un estilo de vida. Es cada día negarse a los propios pensamientos y deseos. Es renunciar a nuestra manera de hacer las cosas, para hacer la voluntad del Señor. Es tomar decisiones basadas en la Palabra de Dios.
Desafío: ¿Qué haría Jesús en mi lugar? Y luego de tener la respuesta, hacer Su voluntad y no la nuestra
- Levítico 15:1-33 | (Leer)
- Levítico 16:1-34 | (Leer)
- Lucas 9:1-62 | (Leer)
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