"Guardad, pues, vosotros mis estatutos y mis ordenanzas, y no hagáis ninguna de estas abominaciones, ni el natural ni el extranjero que mora entre vosotros (porque todas estas abominaciones hicieron los hombres de aquella tierra que fueron antes de vosotros, y la tierra fue contaminada)" (Levítico 18:26-27).
En el libro de Levítico se pueden ver las enseñanzas que Dios le da a Su pueblo para que se conserve en pureza y santidad. Israel es el pueblo de Dios, escogido entre todas las naciones de la tierra, es un pueblo que ha superado el paso del tiempo y, aun después de tantas luchas que atravesó a lo largo de su rica historia, pudo mantenerse en pie. Uno de los grandes motivos fue que, a diferencia de los otros pueblos de la tierra, tenían un decálogo del cual se deriva la Ley que les permitió vivir dentro de límites morales elevados.
Los creyentes somos herederos de sus promesas y tomamos de sus enseñanzas, ya que nuestra fue es una fe judío-cristiana. Si bien hoy no vivimos bajo las enseñanzas del Antiguo Testamento, estas tienen un gran valor para nuestras vidas.
La inmoralidad está presente en todas partes, es un verdadero bombardeo a nuestras familias, y lleva a muchos a cruzar límites que luego tendrán, irremediablemente, consecuencias dramáticas.
Desafío: Te desafío a que puedas cortar toda fuente de inmoralidad o de tentación sobre tu vida y que te animes a vivir dentro de los parámetros establecidos por Dios. Verás Sus promesas hechas realidad sobre tu vida y la de los tuyos.
- Levítico 17:1-16 | (Leer)
- Levítico 18:1-16 | (Leer)
- Lucas 10:1-42 | (Leer)
Comentarios