Tecnología, jóvenes digitales

TECNOLOGÍA: ¿Como puede lo ONLINE potenciar lo OFFLINE?

Sí, esta generación vive online y eso no tiene marcha atrás. Por eso, en vez de intentar detener el avance de la civilización o hacer de esas típicas reflexiones amarillistas que van tan bien con el ámbito evangélico resaltando los peligros del presente, mejor aprendamos a liderar con esta realidad con astucia, ayudando a las nuevas generaciones a disfrutar las posibilidades que da la tecnología y lograr que esas posibilidades tengan un impacto positivo en sus mundos offline. ¿Cómo hacerlo?

Que las nuevas generaciones pertenezcan aun mundo online es una ventaja: les permite informarse, ver y escuchar en tiempo real y relacionarse con un mundo de muchas más posibilidades que el microcosmos de su crianza y su geografía. ¿Que esto tiene peligros? ¡Claro! Igual que el limitado mundo offline de antes. Toda etapa de la historia humana ha tenido sus propios desafíos y por eso no es lo más inteligente solo ponernos a la defensiva sin ver las oportunidades; lo que necesitamos es ver más allá de «está bien o está mal» o un «es bueno o es malo». Acompáñame a pensar.

El peligro de la monoculturalidad

Creer que el ambiente social en el que nos criamos es la única referencia y el único marco de interpretación de la realidad, es una seria desventaja, ya que nos aleja del diálogo y alimenta la continua brecha entre lo nuevo y lo anterior.

La historia de las misiones está llena de testimonios de mujeres y hombres de Dios que se encontraron con la belleza de ver a Jesús actuar en medio de una cultura diferente a la de ellos. Estas personas se dieron cuenta de que muchas cosas que creían importantes no lo eran tanto desde la necesidad del otro, y también se dieron cuenta de que cosas que inicialmente vieron como amenazas de su misión, en realidad escondían el secreto para comunicar el evangelio a esa gente que querían impactar.

Allí en el campo misionero entendieron la multiculturalidad de un evangelio que responde a todas las necesidades humanas y se dieron cuenta de posibilidades que antes habían considerado problemas. Al mirar mi historia, yo tengo mucho que agradecer a Dios por haber estudiado en dos países diferentes, haber servido en congregaciones de distintos tamaños y denominaciones, y por la oportunidad que sigo teniendo de viajar continuamente. Viajar me ha permitido ver con ojos internacionales y escuchar con oídos regionales, y eso me permite leer tendencias de pensamiento en las personas que lidero que me permiten hacer una aplicación situacional de distintos estilos de liderazgo para poder hacerlo mejor.

También me reviste de misericordia porque entiendo el por qué determinada palabra o acción ofende en un contexto mientras en otro la misma palabra o acción pasa totalmente desapercibida.

Siempre hay una historia contextual detrás, y saber leer ese marco de referencia me permite interpretar mejor cómo debo hablar y dirigirme en un contexto u otro, y todos necesitamos esa inteligencia cultural.

Las posibilidades prácticas

La misión a las nuevas generaciones no siempre requiere saltos geográficos, pero sí demanda muchos saltos intergeneracionales, culturales y hasta tecnológicos. Sin descuidar lo micro, debemos visionar lo macro y esto no se reduce a que nuestras reuniones sean estéticamente más atractivas para las nuevas generaciones; debemos leer el marco de interpretación de nuestro público y debemos tener muy
presente la invitación que hizo Jesús a sus discípulos a ser la sal de la tierra y la luz que echa fuera la oscuridad (Mateo 5:13-15), usando todas las herramientas que podamos usar.

Sí, esta generación vive online y eso no tiene marcha atrás. Por eso, en vez de intentar detener el avance de la civilización o hacer de esas típicas reflexiones amarillistas que van tan bien con el ámbito evangélico resaltando los peligros del presente, mejor aprendamos a liderar con esta realidad con astucia, ayudando a las nuevas generaciones a disfrutar las posibilidades que da la tecnología y lograr que esas posibilidades tengan un impacto positivo en sus mundos offline. ¿Cómo hacerlo? Para empezar, en primer lugar, ayudémoslos a explorar lo bueno.

No todo lo que hay online es para alarmarse, hay buenos recursos de todo tipo. ¿Estamos ayudando a nuestros hijos y adolescentes de la iglesia a encontrarlos, o hacemos caso omiso de lo que hay online?

ph: Imagen de katemangostar en Freepik

Y en segundo lugar: ¿qué tal hablar de lo que es malo, pero siendo específicos de por qué eso es malo, en vez de solamente demonizando lo que no conocemos o no nos parece atractivo? Otra posibilidad es compartir. ¿Qué tal compartir una cuenta de iTunes, Netflix o Youtube para conversar de la música, de los videos o las películas que quieran mirar? Claro, prohibir y asustarse es más fácil que involucrarse, pero aquí no estamos hablando de lo fácil sino de lo importante. ¿Y qué tal usar la web y las redes sociales para la educación bíblica o de valores?

Y por último: en vez de solo poner límites, ¿qué tal ayudarles a ponerse límites personales? Esta tarea no es fácil y requiere involucramiento especial de los papás y conversación de los maestros o líderes de jóvenes, pero otra vez debemos tener en claro que lo importante es que el mundo online les ayude y potencie a ser mejores hijos y mejores personas en el mundo de las relaciones y las decisiones personales, y eventualmente van a cometer errores y también encontrarse con lo malo, como en el mundo offline.

El camino de la encarnación

El autor de la carta a los Hebreos conecta la encarnación de Cristo a una larga historia de Dios tomando la iniciativa por contextualizarse a la gente que ama, en formas culturalmente inteligentes. La carta comienza diciendo: «Dios, que muchas veces y de varias maneras habló a nuestros antepasados en otras épocas por medio de los profetas, en estos días finales nos ha hablado por medio de su Hijo» (Hebreos 1:1-2).

ph: Imagen de Freepik

Jesús fue el idioma de Dios para los hebreos y nosotros tenemos que aprender a hablar ese idioma con esta nueva generación que no conoce un mundo sin dispositivos que demandan wifi. Prohibir, demonizar e ignorar lo nuevo han sido tentaciones de las generaciones desde siempre, pero no podemos ceder a ellas porque es lo más fácil. Necesitamos involucrarnos en el camino de la encarnación, y esta encarnación demanda trabajo, relaciones cercanas, diálogo y aprendizaje de todos los involucrados.



Tomado con licencia de la revista LIDER 625, edición 3, “La Generación Online” Pag. 14.

Créditos ph: Imagen de marymarkevich en Freepik

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