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El Sueño de una Iglesia Contemporánea

Cuando yo era adolescente soñaba con una iglesia a la que pudiera llevar a mis amigos, un lugar tan atractivo al que la gente invitara a sus compañeros de trabajo, a los ricos y famosos y aún al presidente; y al aceptar el pastorado, decidí que ese proyecto debía ser una realidad.

En El lugar de Su presencia tenemos lo que se conoce como una iglesia contemporánea, y sin dudas nuestra iglesia es lo que yo hubiera que-rido tener en mi juventud. Nuestra iglesia es el cumplimiento del sueño de un niño aburrido en su iglesia: de niño, tuve que aguantar predicadores malos con mensajes largos que no eran relevantes a mis necesidades. Los ponían a predicar porque eran los ancianos de la iglesia, pero ese no era su don. Cuando Jesús predicaba, a la gente le gustaba: «la muchedumbre lo escuchaba con agrado» (Marcos 12:37), y en Mateo 22:33 dice que la gente estaba admirada de su enseñanza. En la NTV dice que quedaron atónitos y en la Biblia al Día dice que quedaron boquiabiertos: yo también estaba boquiabierto, pero de sueño.

Una Predicación Relevante, Práctica y Transparente

Yo era un adolescente que luchaba con tentaciones, descubría mi sexualidad, buscaba mi identidad y trataba de encontrar el propósito de mi vida. ¿De qué me servía un mensaje acerca del hacha que flotó o los viajes misioneros de Pablo? Alrededor de mí había también gente luchando con la depresión, intentos de suicidio, hogares destruidos, problemas financieros, enfermedades, incertidumbre, ataduras… y estábamos oyendo una predicación que no llegaba a nuestra necesidad. En una ocasión quise ver los temas de un predicador muy conocido, y estas fueron sus últimas predicaciones: una fe primitiva, permanecer en la vid, la agonía de la copa, la anatomía de la iglesia, la doctrina de la elección, los apóstatas, justificación… Por eso no hay jóvenes en su iglesia.

Jesús habló a las necesidades de la gente

A la mujer samaritana le dijo: «Por favor, dame un poco de agua para beber».

Aquí Jesús utilizó una expresión que en la Biblia hace referencia al sexo. En Proverbios 5:15-16 dice: «Bebe el agua de tu propio pozo, comparte tu amor únicamente con tu esposa. ¿Para qué derramar por las calles el agua de tus manantiales teniendo sexo con cualquiera?». Jesús lo hizo con la inten-ción de llamar su atención pero también para confrontar la manera en la cual ella trataba de saciar su necesidad de ser amada por medio del sexo, por eso ella le respondió: «¿Cómo te atreves…?», pero entonces Jesús le dijo: «Cualquiera que beba de esta agua pronto volverá a tener sed, pero todos los que beban del agua que yo doy no tendrán sed jamás» (Juan 4:13-14).

En otras palabras, Jesús le dijo: «Si sigues tratando de saciar en los hombres y en el sexo tus necesidades emocionales, te frustrarás, pero si bebes del agua que yo te daré, no tendrás sed jamás».

Jesús también usó el lenguaje de la gente, pero hoy una persona nueva entra a una iglesia y oye expresiones como: «¡Santo Jehová!», «¡Que el juicio de Dios caiga sobre esos gentiles incircuncisos!», «¿Cuántos aquí ya fueron redimidos, justificados y lavados con la sangre del Cordero?», y esa persona sale de la iglesia creyendo que somos gente rara con ritos tan extraños como el de matar a una oveja y bañarnos con su sangre. Tenemos que hablar el idioma de la gente y no esperar a que ellos aprendan nuestra manera de hablar.

NUESTRA IGLESIA ES EL CUMPLIMIENTO DEL SUEÑO
DE UN NIÑO ABURRIDO EN SU IGLESIA: DE NIÑO, TUVE QUE AGUANTAR PREDICADORES MALOS CON MENSAJES LARGOS QUE NO ERAN RELEVANTES A MIS NECESIDADES.

Andrés Corson

La Nueva Generación

La iglesia que tenemos fue la que yo soñé hace 35 años, pero la iglesia del futuro es la que mis hijos están soñando hoy. Tenemos que estar dispuestos a cambiar porque lo que no cambia tiende a desaparecer.

  • ¿Qué hacemos para ser relevantes a las necesidades de la nueva generación?
  • ¿Qué preguntas tienen ellos que no estamos respondiendo?
  • ¿Cuál es su música? Yo trato de mantenerme actualizado con lo que pasa en el mundo y me obligo a oír la música que oyen mis hijos.

En una ocasión, un pastor fue invitado a predicar a la igle-sia de uno de los grandes hombres de Dios de los años setenta. Aunque el auditorio tenía capacidad para más de tres mil personas, solo había unas cien en esa reunión, por eso él preguntó: «¿En dónde están todas las personas?», y le dijeron que se habían muerto. En ese momento, el Señor le dijo: «Esto te pasará a ti si solo te enfocas en tu generación e ignoras a la siguiente». Tan pronto llegó a casa, cambió la estructura de su iglesia para ser una iglesia relevante a la nueva generación.

Frustración Santa no es rebeldía

No podemos permitir que la frustración que sienten muchos por estar en una iglesia que no está siendo relevante a sus necesidades los lleve a rebelarse o a criticar su iglesia. Que nuestra insatisfacción santa no nos saque de la iglesia sino que nos motive a mejorarla o a construir una iglesia relevante. Durante más de 17 años fui fiel a mi iglesia, hice todo lo que pude para que fuera una iglesia que disfrutáramos; por ejemplo, durante seis meses trabajé en Australia y ahorré todo el dinero porque mi sueño era comprar un sintetizador, un bajo y una batería para tener una alabanza contemporánea, tratamos de tener en nuestras reuniones de jóvenes actividades que fueran atractivas, comencé los grupos de oración en la iglesia, siempre fui fiel en el terreno de otro hasta el día en el que Dios nos dijo que empezáramos la iglesia que hoy pastoreo.

JESÚS TAMBIÉN USÓ EL LENGUAJE DE LA GENTE. TENEMOS QUE HABLAR EL IDIOMA DE LA GENTE Y NO ESPERAR A QUE ELLOS APRENDAN NUESTRA MANERA DE HABLAR.

Andrés Corson

Los NO NEGOCIABLES de la Iglesia

Todo lo contrario a lo que muchos creen, una iglesia contemporánea no es mundana sino una que está siendo construida sobre los principios de la Palabra que incluye los cinco propósitos de Dios para su iglesia:

Atraer a los perdidos a Cristo

Jesús nos mandó a predicar el evangelio a todo el mundo (Marcos 16:15); en palabras contemporáneas, eso significa atraer a las personas a Cristo.

En una ocasión, una persona trajo a una personalidad muy conocida a nuestra iglesia y me dijo: «Yo no soy de aquí, pero no quise llevar a esta persona a mi igle-sia». ¿Es nuestra iglesia un lugar al que podemos llevar personas nuevas? Las estadísticas dicen que aun antes de oír la predicación, una persona que nos visita por primera vez ya tomó la decisión de volver o no. Muchos toman la decisión de no regresar a la iglesia porque en lugar de atraerlos los espantamos con:

  • Músicos malos y sonido insoportable.
  • Gente desagradable. Por eso es tan importante que todos seamos parte del «ministerio de la primera impresión», es decir, que sonriamos, saludemos, seamos amables…
  • Un lugar feo e incómodo. Si una persona entra a un baño sucio de un restaurante es probable que nunca regrese. Lo mismo sucede en una iglesia.
  • Veinte minutos recogiendo la ofrenda. Esto es lo que más espanta a un nuevo.
  • El estilo de la predicación. Muchos creen que tie-nen que predicar como puertorriqueños o como los predicadores de los años setenta que gritaban, pero eso a los jóvenes y a los profesionales no les gusta: ellos quieren que prediquemos y que oremos como hablamos habitualmente.

Plantarlos en la Iglesia

El salmo 92:12-14 dice: «Como palmeras florecen los justos… plantados en la casa del Señor». De nada sirve reunir a las multitudes si no los plantamos en la iglesia. De nada sirve tener una gran cosecha de manzanas si en vez de ponerlas en una canasta, dejamos que caigan al suelo.

Todas las iglesias deben tener un sendero que obligue a las personas a dejar de ser asistentes que solo se benefician de la iglesia para ser discípulos comprometidos con ella.

Para que las personas echen raíces en nuestra iglesia, las llevamos a un retiro en el que Dios los libera de sus ataduras pecaminosas, del ocultismo y de la mundanalidad; los sana emocionalmente, sexualmente, financieramente y físicamente, y los bautiza en el Espíritu Santo. El resultado que esto produce es tan impresionante que a partir de ese momento se comprometen con Dios y su iglesia.

Discipular

Discipular es formar el carácter de Jesús en las personas. Para que el agua de un aguacero no se desperdicie, Dios diseñó un cauce; esto mismo hemos hecho nosotros, hemos diseñado un proceso de formación que nos asegura que todos sean discipulados.

Servir

Es lo que le da sentido y propósito a nuestra vida. Una persona se enfría y empieza a alejarse de Dios cuando no hace nada en la iglesia. Jesús dijo que donde está nuestro tesoro allí estará nuestro corazón. Hay dos cosas que hacen que el corazón de una persona esté comprometida con la iglesia: su dinero y su vida.

Adorar

Fuimos creados para adorar, es decir, cantar, alabar, orar, tener intimidad con Dios. La alabanza, en lugar de espantar a las personas, las atrae a Cristo. El salmista dijo: «Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová» (Salmo 40:3, RVR).


Tomado con licencia de la revista LIDER 625, edición 30, “Enseñar LA BIBLIA en el SIGLO XXI

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