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Los Niños necesitan Padres que sean Líderes

Es demasiado difícil ser Mentor y Líder si vos y tus hijos están pelando y discutiendo todo el tiempo.

Me temo que demasiados padres han sido demasiado permisivos y han consentido a sus hijos hasta tal punto que han ayudado a crear niños irresponsables e incluso narcisistas. Cuando tenemos una disciplina débil e inconsistente y límites deficientes, los niños simplemente no están dispuestos a crecer. Sin embargo, esto no significa que los adolescentes no deban ser nutridos y afirmados. Todos los niños necesitan padres que puedan ser irracionalmente positivos con ellos. Pero, al mismo tiempo, necesitan que expresemos expectativas, establezcamos estándares altos y les asignemos responsabilidades. En otras palabras, nuestros hijos necesitan que los lideremos.

Los líderes son consistentes con su disciplina y al expresan expectativas claras. La disciplina es fundamentalmente una cuestión de liderazgo. He hablado y estudiado líderes en todos los campos de la vida. Una cosa que tienen en común es la coherencia con su mensaje. Ejemplifican lo que esperan y luego continúan con la tarea. Con un líder excelente, rara vez hay dudas sobre quién está a cargo y el propósito de lo que se está haciendo. Aunque no todos los padres son líderes empresariales, son los líderes de su hogar. La pregunta en muchos hogares de adolescentes rebeldes es “¿Quién está a cargo?”. Esta pregunta debe resolverse con todos en el hogar, y la única respuesta saludable es que los padres deben tomar la iniciativa. La incoherencia y la carencia de ejemplos y dirección, colocarán a sus hijos en una posición de liderazgo que no es saludable para nadie.

¿Qué significa liderazgo? Significa que un padre debe eliminar cualquier lucha de poder de la relación. Resolver los problemas de autoridad. Casi todas las semanas le digo a la gente en los seminarios para padres: “No discutas ni pelees con tus hijos”. Es demasiado difícil ser mentor y líder si tú y tus hijos están peleando y discutiendo todo el tiempo.

Tenemos una hija que podría ganar la mayoría de las discusiones en nuestra casa. Ella es dinámica y articulada, y puede argumentar cualquier lado de un problema. Cuando era adolescente, le gustaba discutir por discutir y estiraba los límites siempre que podía. Había momentos en que simplemente se tornaba agotadora. Entonces, un día un amigo terapeuta nos dio un consejo: dejen de discutir. Cathy y yo tuvimos que aprender a liderar. Si lo piensas bien, la gente rara vez discute con sus líderes. Tuvimos que mantenernos firmes y hacerle saber a nuestra hija quién era el jefe.

Mantenerse firme puede ser extenuante, pero siempre vale la pena (probablemente ya lo sepas por experiencia propia). Para ayudar a entablar una comunicación con nuestros hijos sobre temas relacionados con la disciplina, a Cathy y a mí se nos ocurrió lo que llamo “Puntos de conversación para padres seguros”. Escribí sobre ellos con mayor detalle en mi libro, Confident Parenting.

  1. Siento tu dolor”. Si tus hijos conocen tus expectativas y las rompen, o si sufren las consecuencias de sus malas decisiones, hazles saber que te preocupas y que sientes su dolor. Has empo-derado a tu hijo adolescente para que tome decisiones saludables, pero si no lo hace, puedes mostrarle empatía mientras aprende a asumir responsabilidades. En una transmisión de radio reciente de HomeWord, John Rosemond compartió lo que solía decirle a sus hijos: “Si yo tuviera tu edad, me sentiría de la misma manera. La respuesta sigue siendo no, pero estás haciendo un gran trabajo al expresarte”.
  2. Sin embargo”. Estas podrían ser las palabras para mostrarles a nuestros hijos quién es realmente el líder. Sí, sentimos tu dolor y estamos escuchando; sin embargo, las consecuencias se van a acatar.
  3. La vida no es justa”. Cuanto antes entiendan tus hijos que la vida no es justa y que lloriquear y quejarse no les dará lo que quieren, dejarán de intentar el juego de las cosas justas. Siempre que puedas, deja que la realidad sea la maestra de tus hijos. Si lloriquear y manipular funciona para un niño, incluso algunas ve-ces, es el padre quien tiene que vivir con las consecuencias. Aquí hay algunas palabras más sabias que John Rosemond compartió en una de nuestras transmisiones de radio juntos: “Los padres no deben angustiarse por lo que un niño no puede hacer, si el niño es perfectamente capaz de angustiarse por sí mismo”. Sea cual sea la edad de tu hijo, ya es hora de que aprenda la verdad de que la vida no siempre es justa, pero que puede ser buena.

Tomado con licencia de la revista LIDER 625, edición 27, “LA FAMILIA

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