“Mientras oraba Esdras y hacía confesión, llorando y postrándose delante de la casa de Dios, se juntó a él una muy grande multitud de Israel, hombres, mujeres y niños; y lloraba el pueblo amargamente” ( Esdras 10:1) No sé qué te sucede cuando ves la condición de nuestro país. Mi corazón se quebranta y me pregunto: ¿Qué nos sucedió? ¿Cómo un país tan rico puede estar en esta pobreza? ¿Cómo una nación que conoció el avivamiento del Espíritu Santo puede estar en apatía espiritual? Evidentemente le hemos dado la espalda a Dios. La porción de la historia bíblica que leímos narra un episodio muy particular, en épocas del Antiguo Testamento. Esdras, al contemplar el estado moral y espiritual de la sociedad, decidió arrodillarse, llorar y confesar los pecados de su pueblo. Mientras esto sucedía la gente se sumó; una gran multitud se juntó a él. Al igual que en aquella época, nuestra Nación ha perdido el rumbo espiritual, está necesitada de un nuevo avivamiento. Dios nos llama a despertarnos, a dejar la queja y la resignación para ponernos en la brecha como lo hizo Esdras. Qué poderoso será que en esta generación nos volvamos a Dios y clamemos nosotros también por piedad y misericordia. Clamemos por una nación santa, rendida a los pies de Jesús. Reflexiona: El pueblo fue transformado por un hombre que se atrevió a ponerse en la brecha. Nuestra nación necesita de esta clase de transformación. ¿Habrá algo imposible para Dios? ¿Estarás dispuesto a ponerte en la brecha?
- Esdras 9:1-15 | (Leer)
- Esdras 10:1-44 | (Leer)
- Salmos 138:1-8 | (Leer)
- Salmos 139:1-24 | (Leer)
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