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Día 296: “Dejemos que el Señor encamine nuestro corazón”

  DEJEMOS QUE EL SEÑOR ENCAMINE NUESTRO CORAZÓN “Y el Señor encamine vuestros corazones al amor de Dios, y a la paciencia de Cristo” ( 2 Tesalonicenses 3:5). La palabra encaminar significa: “Indicar a alguien el camino que debe seguir o dirigir una cosa hacia un punto determinado”. El Apóstol Pablo nos va a decir que nos dejemos encaminar por el Señor, para que pueda guiar nuestros corazones en la dirección correcta. Esta dirección es el amor y la paciencia. Qué gran desafío es dejarnos encaminar, para esto es necesario ser obedientes, morir a nuestro orgullo y autosuficiencia y seguir Sus indicaciones. Para esta tarea Dios nos ha dado pastores que nos guían hacia Él, a Su propósito, y con su ejemplo nos encaminan en esta dirección. Jesús nos dijo: “Aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón”. Tenemos ejemplo para seguir e imitar, Su amor es el que nos atrajo, Él nos perdonó y nos amó primero. Amar es una decisión de todos los días, y cada vez que lo hagas, no te vas a equivocar. Pero la paciencia es una virtud a desarrollar que viene como resultado del amor, y se hará más fuerte en nosotros si subimos nuestro nivel de tolerancia. Si amamos más, definitivamente tendremos más paciencia. En días tan acelerados como los que vivimos, cuán importante es poder desarrollar la paciencia. Sin ella será casi imposible relacionarse con otros, viviremos teniendo roces que nunca resolveremos. Revisemos nuestra vida, si últimamente estamos chocando con nuestra familia, líderes o compañeros de trabajo, es tiempo de desarrollar el amor y la paciencia. Desafío: ¡Cultivemos el amor, cultivemos la paciencia!

  • Jeremías 46:1-28 | (Leer)
  • Jeremías 47:1-7 | (Leer)
  • 2 Tesalonicenses 3:18 | (Leer)

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