“Perfecto serás delante de Jehová tu Dios. Porque estas naciones que vas a heredar, a agoreros y a adivinos oyen; mas a ti no te ha permitido esto Jehová tu Dios” (Deuteronomio 18:13-14 ).
Desde tiempos muy remotos los seres humanos tienen un deseo de saber acerca de su futuro: ¿Qué será de mi vida? ¿Cómo me irá? ¿Y qué será de mis hijos?
Hoy en día puede observarse a muchas personas sin Dios, impulsadas por sus necesidades o bien por su curiosidad, consultar con parasicólogos, tarotistas, hechiceros o brujos, sin saber que serán engañados en su buena fe con promesas mentirosas o solo buenos deseos, en el mejor de los casos. No debemos ignorar el mundo espiritual, ya que en algunos casos las personas quedan atadas a temores o poderes espirituales que agravan los cuadros.
De Dios es nuestra suerte, y nosotros los creyentes no tenemos suerte, le llamamos bendición. Los creyentes no tenemos ninguna necesidad de conocer nuestro futuro porque ya sabemos cuál es, y será glorioso, lleno de buenas promesas para los que confían en Dios.
Desafío: Te propongo que descubras, al leer cada día la Biblia, todas estas hermosas promesas, y jamás te metas en estos lugares que, lejos de traerte bendición, acarrean maldición. Ya no tienes ninguna necesidad de hacerlo. Habla con aquel que todo lo conoce, que todo lo escudriña y aprende a esperar en Dios.
- Deuteronomio 17:1-20 | (Leer)
- Deuteronomio 18:1-22 | (Leer)
- Juan 19:1-42 | (Leer)
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