Leccion 1 de 2
En Progreso

Notas del Mensaje

1) ¿Qué quiere Jesús que aprendamos y que también estemos dispuestos a enseñar?

Todos los cristianos tenemos un norte, un propósito al cual le apuntamos y que direcciona cada decisión y acción que emprendemos. Se llama la Gran Comisión, en la cual Jesús nos dice:

Mateo 28:18–19 (RVC)
18 “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. 19 Por tanto, vayan y hagan discípulos en todas las naciones, y bautícenlos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.”
La frase “por tanto” está íntimamente relacionada a la primera declaración: “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra.” Con esa autoridad Jesús nos envía a cumplir esta Gran Comisión.

  1. Vayan
    – Muchos predicadores y maestros han utilizado este verbo “Id” o “Vayan” para impulsar a salir de donde estamos para ir a otro lugar y hacer discípulos, y justificar así la obra Misionera. ¡Y eso está bien!
    – El riesgo: Creer que este llamado es sólo para “algunos” misioneros, pastores y maestros. Y quienes no han recibido ese llamado = quedarse como espectadores.
    Una traducción más precisa de esta frase sería: “mientras van”.
    – El “ir” no es una acción planificada, sino el resultado del camino que nos va marcando la vida.
    – Y mientras avanzamos: vamos haciendo discípulos.
  2. Hagan Discípulos
    – Todos estamos llamados a compartir las buenas noticias de Jesús con las personas que nos rodean.
    – Y cada vez que alguien escucha el Evangelio, y cree en Jesucristo como Señor y Salvador, celebramos, damos gloria a Dios, y los guiamos a dar testimonio público de esa decisión a través del bautismo.
    – Pero este no es el Fin de la Gran Comisión. ¡Es recién el comienzo!
    – Porque todavía nos falta la segunda parte…

Mateo 28:20 (RVC)
“Enséñenles a obedecer todas las cosas que les he mandado.”

  1. Enséñenles a obedecer
    – Hacer discípulos no es un evento sino un proceso.
    – Que ese proceso de discipulado avance, requiere en gran medida de transmitirle a nuestros hijos y discípulos las enseñanzas de Jesús.
    – Las enseñanzas de Jesús no son “sugerencias” para tener en cuenta. Son “mandamientos” que tenemos que obedecer, para nuestro propio bien.
    – Son como “guardarrails” en la autopista de nuestra vida, que están en la zona de seguridad y no en la de peligro, para librarnos del error, el dolor, y consecuencias de las cuales muchas veces es muy difícil volver.
    Por Ej: Cuando la Palabra de Dios nos dice “no te unas en yugo desigual con un incrédulo” (2 Cor 6:14), no es sólo una recomendación. Te está diciendo: ¡No lo hagas!
    – Sociedad: ¿Cómo vas a hacer para ponerte de acuerdo con tu “socio”? (pago de impuestos, facturar todas las ventas, empleados en blanco…)
    – Matrimonio: ¿Cómo vas a hacer para decirle el domingo “vamos a la Iglesia”, cuando te diga no, el día está lindo, vamos a pasear al campo? ¿Cómo se van a poner de acuerdo en la crianza de los hijos, cuando vos los quieras corregir e instruir, y el/ella te diga dejalos tranquilos, que experimenten y disfruten la vida?
    – Si vos realmente querés a ese “socio”, o te gusta esa chica (varón) para ponerte de novio: Hablale de Jesús. Qué él/ella conozca a Jesús antes de avanzar con tu relación, y no al revés. Porque “el orden de los factores sí altera el producto.”
    Las enseñanzas de Jesús son para obedecerlas, no sólo para escucharlas.

Santiago 1:22 (NTV)
“No sólo escuchen la palabra de Dios, tienen que ponerla en práctica. De lo contrario, solamente se engañan a sí mismos.”
Si vos crees que por sólo escuchar una enseñanza o predicación ya está, te estás engañando a vos mismo.

Santiago 1:25 (NTV)
“Pero si miras atentamente en la ley perfecta que te hace libre y la pones en práctica y no olvidas lo que escuchaste, entonces Dios te bendecirá por tu obediencia.”

Dios te va a bendecir cuando pongas en práctica lo que escuchaste, lo que te enseñaron.

Las Escrituras no nos han sido dadas para nuestra información, sino para nuestra transformación.

D. L. Moody

2) ¿Por qué tenemos que enseñarles a obedecer a Jesús?

Deuteronomio 6:6–9 (RVC)
6 Estas palabras que hoy te mando cumplir estarán en tu corazón, 7 y se las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando estés en tu casa, y cuando vayas por el camino, y cuando te acuestes y cuando te levantes. 8 Las atarás en tu mano como una señal, y las llevarás sobre la frente como un recordatorio, 9 y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.

Deuteronomio 6:18 (NTV)
“Haz lo que es bueno y correcto a los ojos del Señor, para que te vaya bien en todo.”

Si querés que a vos, tus hijos y discípulos les vaya bien en todo: Enséñales a obedecer todas las cosas que Jesús nos ha mandado.
Porque si no lo haces, te va a pasar lo que le ocurrió a la nación de Israel cuando murió Josué y toda su generación.

Jueces 2:8–11 (RVC)
8 Y Josué, siervo del Señor, murió. 10 Y murió también toda esa generación. Después de ellos vino otra generación que no conocía al Señor, ni sabía lo que el Señor había hecho por Israel. 11 Los israelitas hicieron lo malo a los ojos del Señor, y adoraron a los baales.

Y si vos seguís leyendo, vas a ver desastre tras otro. Los seres humanos tenemos la tendencia a volvernos atrás, y repetir los errores propios y de nuestros antepasados. Para evitar eso es tan importante la Enseñanza.

Si no enseñamos a nuestros hijos y a nuestros discípulos lo que Jesús nos mandó, ellos van a repetir nuestros propios errores, e incluso peores.

3) ¿Cómo espera Jesús que lo hagamos?

Vivimos en un mundo en permanente cambio.
Aunque este principio de la Enseñanza no cambia, lo que sí debe cambiar es la manera en que aprendemos y enseñamos.
Santiago Bilinkis, un emprendedor, tecnólogo y autor argentino muy conocido, cuenta en su libro “Pasaje al futuro” una historia ficticia sobre una persona que se despierta después de 100 años, sale a la calle y se encuentro con autos, aviones, y no entiende nada.
– Luego va a un edificio de oficinas y ve gente mirando pantallas enormes, hablando con personas del otro lado del mundo.
– Se empieza a sentir mal, y entra a un hospital y ve gente conectada a maquinas que los mantienen vivos.
– Y como no entiende nada de lo que está pasando, se va a una escuela para que alguien le explique. Y al entrar a un aula mira y dice: “Al fin encontré algo que está exactamente como yo lo conocía”.
Si entramos a una escuela hoy, no es significativamente distinta a una escuela de fines del siglo XIX.
– Y eso se notó mucho durante la Pandemia.
Como Iglesia también tuvimos un gran desafío:
– Gracias al Señor el primer domingo de cuarentena pudimos transmitir la reunión por YouTube.
– Y a las pocas semanas comenzamos las clases del Instituto Bíblico Rhema por Zoom.
– Aunque cambiamos la plataforma (presencial por virtual), el principio de enseñanza seguía siendo el mismo: Un profesor hablando una hora, y los alumnos escuchando, y en el mejor de los casos tomando apuntes.
– Cuando volvimos a la presencialidad, dijimos: “No vamos a hacer lo mismo que antes de la Pandemia, tenemos que hacerlo mejor” = Aula Invertida
Todavía hay mucho para mejorar en el proceso de enseñanza y aprendizaje, incluso utilizando la “Inteligencia Artificial”.
– Pero no para que la máquina les enseñe a los alumnos y nos reemplace a los profesores.
– Sino para hacer un mejor seguimiento del proceso, y detectar tempranamente las dudas o confusiones y poder aclararlas.

Volviendo a la pregunta: ¿Cómo espera Jesús que enseñemos?, la respuesta es: “Siguiendo Su ejemplo”.

Los discípulos no se referían a Jesús como Señor, Salvador, Hijo de Dios… sino como “Maestro”
– Sus técnicas de enseñanza siguen siendo revolucionarias. Y sus resultados, insuperables.
– Pero el éxito del proceso de enseñanza de Jesús no estaba en la calidad de los contenidos, ni en la Bibliografía.
– Jesús nunca estuvo en un aula, ni usó un pizarrón.
El secreto estaba en la “relación” que Jesús tenía con sus discípulos.
– Ellos aprendían no tanto por lo que Jesús les decía, sino por el ejemplo que Él les daba en su propia vida.
– Cuando ellos le pidieron que les enseñara a orar, era porque lo habían visto una y otra vez apartarse a solas para orar con el Padre.
– Cuando le preguntaron cómo sanar a un enfermo, o liberar a un endemoniado, era porque lo habían visto antes hacerlo a Él.
Para nosotros la enseñanza muchas veces la asociamos con la transferencia de conocimientos. Pero para Jesús es muy diferente.
– Las Enseñanzas de Jesús nos llevan desde el lugar en donde estamos, hacia donde deberíamos estar, y nos muestran el camino.
– El método de Jesús es muy fácil: Te enseño a dónde ir, y cómo llegar: ¡Seguime!
Este es el sencillo y poderoso modelo de enseñanza del cual todos nosotros estamos llamados a ser parte: aprendiendo y enseñando a la vez.

4) ¿Para qué?

El aprendizaje de las enseñanzas de Jesús, y luego la transferencia de esas enseñanzas a las demás personas, tiene al menos dos objetivos:

Juan 20:31 (RVC)
“Estas cosas se han escrito para que crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que al creer, tengan vida en su nombre.”

  1. Para que crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios.

Colosenses 1:28 (NVI)
“A este Cristo proclamamos, aconsejando y enseñando con toda sabiduría a todos los seres humanos, para presentarlos a todos perfectos en Él.”

  1. Para presentarlos a todos perfectos en Jesús.
    – La palabra “perfectos” no significa “sin errores”, sino “completos” en Cristo.
    Para eso es tan importante la Enseñanza.
    – Primero en vos.
    – Y luego, a través tuyo, a las personas que te rodean.

Conclusión

El Título de este Mensaje es ENSEÑANZAS QUE TRANSFORMAN.

1) ¿Qué quiere Jesús que aprendamos y que también estemos dispuestos a enseñar?
– Obedecer Sus Enseñanzas.
2) ¿Por qué tenemos que enseñarles a obedecer a Jesús?
– Porque nos quiere bendecir.
– Si no lo hacemos, repetiremos los errores del pasado, y nuestros hijos y discípulos harán lo mismo.
3) ¿Cómo espera Jesús que les enseñemos?
– Siguiendo Su ejemplo: Una relación del Maestro con sus discípulos.
4) ¿Para qué?
– Para que crean que Jesús es el Cristo.
– Para presentarlos a todos perfectos en Jesús.

Para que tus enseñanzas sean transformadoras, y no simplemente que transmitan información o conocimiento, hay un ingrediente fundamental, que no puede faltar: JESUCRISTO. Lo que va a transformar las vidas, empezando por la tuya, no es la Enseñanza en sí, sino la Persona de Jesús actuando a través de esa Enseñanza.

Cuando vos decidas obedecer a esa Enseñanza, estarás obedeciendo al mismo Señor Jesús. Consecuencia: Bendición en todo lo que emprendas. ¡Amén!

Juan 8:31–32 (NVI)
31 Jesús les dijo a los que habían creído en Él: “Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos; 32 y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.”

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