Leccion 1, Tema 1
En Progreso

05) Rol de Padres

Ejerciendo la responsabilidad.

Pero así como ese privilegio trae gozo, también trae responsabilidad, y de ambas cosas el cuerpo de Cristo debe desarrollar conciencia. Dios quiere que nosotros seamos padres responsables de los hijos espirituales que engendramos.

 “No escribo esto para avergonzarles, sino para amonestarles como a hijos míos amados”.  (1 Corintios 4.14)

La amonestación es corrección para dar dirección en la vida. Y quien ha engendrado, es quien tiene el derecho de hacerlo. Esto es responsabilidad. Esto es lo que Pablo sentía por sus hijos amados. Una de las responsabilidades de padre es dar dirección en la vida.

Ejerciendo el derecho de padre.

“Podrán tener diez mil maestros que los instruyan acerca de Cristo, pero padres no tienen muchos. El único padre que tienen soy yo, pues cuando les anuncié la buena noticia de Jesucristo, ustedes llegaron a ser mis hijos”. (1 Corintios 4.15)

Lo que Pablo está diciendo aquí es; Yo tuve el privilegio de ganarles para Cristo, “…ustedes llegaron a ser mis hijos…” ahora tengo la obligación de corregirles, formarles, disciplinarles, ¡porque TENGO DERECHO DE PADRE!

Pablo era un formador de discípulos a los que miraba, y educaba como a hijos, y como modelo Bíblico, él pide que lo imitemos, porque seguramente él imitaba a Jesús.

Ese amor y cuidado de Jesús por sus hijos, lo vemos en cada pasaje del nuevo testamento. “No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas del maligno.” (Juan 17.15). La mayor preocupación de un padre por sus hijos es que no les ocurra nada.

Padres que son ejemplo.

Quien discipula debe saber que una de las características de ese ministerio es que nuestros discípulos nos imitan. La palabra “Discípulo” (gr. “Mathete”): significa uno que imita.

Un imitador es un discípulo,  que aprende por lo que ve.

“lo que aprendisteis, y recibisteis, y oísteis, y visteis en mí esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros”. (Filipenses 4.9)

Un padre espiritual también es un formador de vidas a través del ejemplo. Es imposible que un hijo ore más de lo que ora su padre, es imposible que un hijo ame más a Dios de lo que lo ame su padre, es imposible que un hijo sea más fiel y temeroso de lo que sea su padre. En todo, el modelo a imitar siempre son los padres; o sea, nosotros.

“Tú pues hijo esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. Lo que has oído de mi ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros” (2° Timoteo 2.1-2)

Esto es una tremenda verdad, y conlleva una gran responsabilidad. Dios quiere que seamos Padres espirituales dignos de ser imitados en todo por nuestros hijos en el evangelio. Esta es la fórmula Bíblica de extender el Reino de Dios.

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