Leccion 1, Tema 1
En Progreso

b. Favor inmerecido Copy

En el capítulo 5 hablamos del perdón. Descubrimos que  la  muerte  de  Jesús  pagó por todos nuestros pecados pasados, presentes y futuros. Como declaró el apóstol Pablo, mediante Cristo, Dios

“…anuló la deuda que teníamos pendiente por los requisitos de la ley.” Colosenses 2:14

En otras palabras, por medio de Cristo, Dios quitó todas las barreras para ser adoptados en su familia. Aquí es donde muchos cristianos se han confundido. Después de haber iniciado una relación con Dios por medio de la fe y no por su desempeño, se inclinan a proseguir su relación con Dios en base a su propio desempeño. Sin darse cuenta, comienzan a suponer que Dios les está  premiando  o  castigando  constantemente en base a su conducta. Dejan de comportarse como familia y comienzan a desempeñarse como empleados bajo contrato. Los viejos hábitos tardan en  morir.

¿Alguna vez has tratado de negociar con Dios? Cuando le dices «Dios, si me cumples “tal petición” yo te prometo que de ahora en adelante voy a hacer “esto u lo otro”». Piénsalo de esta forma: Las negociaciones se basan en dos supuestos. Número uno: cada parte tiene algo que la otra parte necesita. Número dos: Ninguna de las partes está haciendo favores. Las dos partes desean obtener una ganancia.

¿Sinceramente crees que puedes ofrecerle a Dios algo que Él necesita? Parece  un  poco infantil cuando lo piensas seriamente. Pero no te sientas mal, no eres el único. La mayoría de los sistemas religiosos fomentan una mentalidad de negociación, y es comprensible, así es como funciona el mundo. Pero recuerda,  quienes  mejor  conocieron  a Jesús lo dejaron muy claro: no podemos ganarnos el favor de Dios, nadie lo merece.

No somos la primera generación que ha luchado contra esta forma de pensar. El apóstol Pablo abordó este tema en varias de sus cartas. Tomemos unos momentos para analizar su carta a  los  cristianos  de  la  antigua ciudad de Colosas:

“Por eso, de la manera que  recibieron a Cristo Jesús como Señor…” Colosenses 2:6

Esa frase por sí sola merece un comentario. Si tú has recibido el favor inmerecido de Cristo, ¿qué fue lo que motivó a Dios para haberte ofrecido su salvación y su perdón? No fue tu comportamiento sino su gracia. Fue un favor inmerecido.

Pablo continúa:

“Por eso, de la manera que recibieron a Cristo Jesús como Señor, vivan ahora en él.” Colosenses 2:6

Básicamente les está diciendo: «Ustedes comenzaron su relación con Dios por medio de la fe, por su inmerecido ofrecimiento del perdón. Por lo tanto, acérquense a Dios todos los días con ese mismo enfoque. Su vida con Cristo comenzó en gracia y debe continuar en gracia». Escucha cómo concluye este pasaje:

“…arraigados y edificados en él, confirmados en la fe como se les enseñó, y llenos de gratitud.” Colosenses 2:7

¿Notaste que no mencionó nada sobre negociar? Sin embargo mencionó la gratitud. La vida cristiana se caracteriza por gratitud, no por la negociación. Dios no necesita nada de nosotros; no podemos ofrecerle algo para negociar. Pero Él quiere ofrecernos  algo imposible de comprar. Algo imposible de ganarse a través de buenas obras.

En su carta a los cristianos de Éfeso, Pablo escribió:

“Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte. Efesios 2:8-9

Has sido salvado «por gracia». El perdón de Dios debe ser recibido como un regalo, no como un premio que te ganaste en base a tus buenas obras. Dios no te mira como un juez supremo. Dios te mira como un padre ve a un hijo. No te ganaste el derecho a su gracia. Y puedes permanecer en su gracia a pesar de tus acciones, mientras te mantengas confiando en Jesús como tu Señor y Salvador.


PREGUNTAS

  1. ¿La idea de que una relación con Dios no se basa en tu desempeño es algo nuevo para ti?
  2. ¿Cuál tipo de cristianismo has vivido hasta hoy? ¿Un cristianismo donde crees en su gracia o un cristianismo donde constantemente sientes que debes ganarte su favor?
  3. ¿Cómo le explicarías la gracia de Dios a una persona convencida que debe «pagar el precio» para obtener algo de Dios?
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