b. Las promesas de Dios Copy
La historia de Abraham comienza alrededor del año 1876 A.C., mucho antes de Jesús o el profeta Mahoma, mucho antes de Moisés y los Diez Mandamientos. Abraham era un hombre de riqueza e influencia. Tenía tierras, ganado y sirvientes. Pero no tenía un hijo, un heredero, lo cual era de suma importancia en su cultura. Abraham hubiera cambiado todas sus riquezas por un hijo. Por esa razón, cuando Dios le pidió abandonar su tierra, lo hizo sin objeción.
Mandato de Dios
“Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.” Génesis 12:1
Abraham no era un hombre perfecto. De hecho, tenía grandes defectos. Génesis registra que mintió y engañó. A veces su fe en Dios era inestable. Nunca sabremos por qué Dios eligió a Abraham. Pero sí sabemos que Dios no esperó a que llegase un hombre perfecto antes de tomar el primer paso para restaurar su relación con la humanidad.
La interacción de Dios con Abraham comenzó con tres promesas.
Promesa 1
“Haré de ti una nación grande”. Génesis 12:2a
Esta promesa fue incomprensible para Abraham. Él era un anciano en ese entonces. Su esposa, Sara, había pasado la edad de procrear y no tenían hijos. Dios no se limitó a prometerle un hijo a Abraham. ¡Le prometió que de él vendría toda una nación! Y eso es exactamente lo que sucedió. Israel, junto con varios países árabes, reconocen a Abraham como su padre.
Promesa 2
“Te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.” Génesis 12:2b
Esto también ocurrió. Lo más probable es que ya habías escuchado sobre Abraham antes de unirte a este grupo. ¿Has escuchado hablar de Zóar? ¿Del rey Quedorlaomer? Esos nombres eran muy famosos en la época de Abraham, pero desaparecieron una o dos generaciones después de su tiempo. Pero todos hemos escuchado sobre el nómada llamado Abraham.
La tercera promesa que Dios le hizo a Abraham se enlaza con nuestra era moderna.
Promesa 3
“¡Por medio de ti serán bendecidas todas las familias de la tierra!” Génesis 12:3
Esa es una gran promesa. No solamente el mundo conocería el nombre de Abraham, sino que el mundo sería «bendecido» mediante él. Literalmente, el mundo sería mejor gracias a Abraham. Hubiese sido diferente si Dios le hubiese prometido que el pueblo de la nación descendiente de Abraham sería bendito mediante él. Pero la promesa era más grande. Mucho más grande. Cada rincón del planeta, de alguna manera, sería bendecido por medio de Abraham.
Todo hombre, mujer y niño judío han sido bendecidos por medio de Abraham. Los musulmanes le tienen en alta estima. Todas las personas en países árabes que trazan su linaje a Abraham se consideran, sin duda alguna, bendecidas por medio de él. Los cristianos de muchas generaciones han creído que fueron bendecidos por medio de Abraham. Consideremos ahora toda persona que ha sido bendecida directa o indirectamente por el trabajo, los escritos, los descubrimientos, los inventos, la atención médica, la caridad y las relaciones personales con las comunidades judías, musulmanas y cristianas. Es mucha gente, es todo el mundo.
PREGUNTAS
- ¿Crees que para Abraham fue difícil creer en las promesas de Dios?
- ¿Qué piensas del hecho que Dios escogiese a alguien tan imperfecto como Abraham?
- Si pudieras escoger, ¿qué te gustaría que Dios te prometiera?