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Matrimonio y Familia (2023)

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  1. PRESENTACIÓN

    Sílabo
  2. LECCIONES
    01) El origen de la familia. Dr. Ed Wheat
    4 Temas
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    1 Cuestionario
  3. 02) La sexualidad en el matrimonio. Herbert J. Miles
    4 Temas
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    1 Cuestionario
  4. 03) La familia contemporánea. Howard Hendricks
    4 Temas
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    1 Cuestionario
  5. 04) La comunicación en el matrimonio. Guillermo D. Taylor
    3 Temas
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    1 Cuestionario
  6. 05) La disciplina en el hogar. Guillermo D. Taylor
    6 Temas
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    1 Cuestionario
  7. 06) Las finanzas en el hogar. Novios, solteros, ancianos y separados.
    7 Temas
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    1 Cuestionario
  8. EVALUACIÓN
    Calificaciones
Leccion 9, Tema 1
En Progreso

EL esposo: líder y amante

En Efesios 5:25–29, la siguiente frase aparece dos veces: «Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la Iglesia». El esposo debe ser la cabeza del hogar, y también el corazón del hogar. Al ser la cabeza, provee autoridad, al ser el corazón, provee amor. Lo uno sin lo otro acarrea desequilibrio. Él tiene que ser líder y amante.

Si el esposo es líder sin ser amante, será un sujeto autocrático; si es amante sin ser líder, un sentimental. Si ejerce el liderazgo con amor, ninguna mujer en su sano juicio se negará a ponerse bajo la autoridad de un hombre que ama como Cristo ama a la Iglesia. Lo hará con gusto y voluntariamente.

En una ocasión un estudiante se me acercó y me dijo: «Tengo un problema. Amo demasiado a mi esposa». Me sorprendió y le dije: «Repítalo de nuevo. Raras veces oigo esto».

Lo llevé al pasaje de Efesios: «…amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la Iglesia». «¿La ama así?», le pregunté. «Oh no, por supuesto que no!» respondió. ¿Ya ve? Amar a la esposa es un asunto de tiempo completo. Requiere de toda la creatividad posible para poder entregarse a esa mujer que Dios ha traído a su vida. «Amar como Cristo amó a la Iglesia, y se entregó a sí mismo por ella» (Ef 5:25).

Cristo murió por la Iglesia. Aunque permite que pase por sufrimientos para que se pueda fortalecer. La afirmación actual de que no debemos causar dolor a quien amamos está muy lejos de la verdad. El amor siempre hace lo que es mejor para el ser amado. Uno debe dar gracias a Dios si está casado con una persona que esté dispuesta a decirle: «Mi amor, hay un problema…» Alguien que nos ama lo suficiente como para interesarse en nuestras cosas. «Los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos» (Ef 5:28). Eso es el cónyuge: una extensión del ser amado. ¡Qué tarea! Esposas, ¿les parece difícil la sumisión? Piensen en la tarea del esposo. Dios pone en ellos la responsabilidad de ser líderes y amantes. ¿Están ustedes cooperando para que a ellos les sea más fácil ser líderes y amantes? ¿O se lo están dificultando?

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