Sin embargo, es necesario replantear lo que hacemos en la actualidad, ¿cómo me preparo para dicho evento?. Por lo menos, reflexionemos sobre algunas formas en las que vamos a vivir nuestras vidas a la luz de esta revelación:
Manteniendonos Firmes
Nuestra respuesta al mensaje de la Venida de Cristo debe ser: obediencia, fe, revelación, amor y relación con Jesús. El Señor mismo nos ha invitado a acercarnos y a saciar nuestra sed con el agua de la vida eterna (Juan 4:14, Apocalipsis 21:6-8).
Esta invitación es para toda la humanidad, pero especialmente para el que cree (Juan 11:25-26). La promesa de la eternidad con Jesucristo es una poderosa motivación para vivir nuestras vidas de acuerdo con sus enseñanzas en la actualidad. Debemos recordar que nuestras decisiones de hoy tienen un impacto eterno.
1. Obediencia: “Si realmente escuchas al Señor tu Dios, y cumples fielmente todos estos mandamientos que hoy te ordeno, el Señor tu Dios te pondrá por encima de todas las naciones de la tierra.” (Deuteronomio 28:1).
2. Fe: “Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve.” (Hebreos 11:1). Nuestra fe en Jesús es lo que nos da la seguridad de la vida eterna. Aunque no podemos ver físicamente a Jesús, creemos en él y en su promesa de vida eterna.
3. Revelación: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.” (Juan 17:3).
4. Amor: “Nosotros amamos porque él nos amó primero.” (1 Juan 4:19). Él nos amó tanto que dio su vida por nosotros. Como respuesta a su amor, estamos llamados a amar a Dios y a las demás personas.
5. Relación con Jesús: “Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano.” (Juan 10:28).
Aprendiendo del Pasado, mirando el Futuro
Cuando leemos la Biblia, a menudo miramos al pasado para aprender de los errores y aciertos de aquellos que vivieron antes que nosotros, de cómo entró el pecado a la humanidad y las consecuencias que trajo. Pero en este caso, hemos tenido la oportunidad de mirar hacia el futuro y ver lo que nos espera, un Reino Eterno con Cristo.
1. Aprendiendo del Pasado: La Biblia nos enseña a aprender de nuestro pasado. En Romanos 15:4 se dice: “Porque todo lo que fue escrito en tiempos pasados, para nuestra enseñanza se escribió, a fin de que por medio de la paciencia y del consuelo de las Escrituras tengamos esperanza”.
2. Mirando al Futuro: La Biblia también nos anima a mirar hacia el futuro con esperanza. En Jeremías 29:11, Dios dice: “Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza”. Esta es una de las muchas promesas de Dios para la humanidad, y nos recuerda que Dios tiene un plan para cada uno de nosotros.
3. Reino Eterno con Cristo: La Biblia habla del Reino Eterno con Cristo. En 2 Pedro 1:11 se dice: “pues de esta manera os será concedida ampliamente la entrada al reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”.
Decidiendo en el Presente
Ahora, volvemos al presente con una nueva perspectiva. Nos enfrentamos a la decisión de cómo vamos a vivir nuestras vidas a la luz de esta revelación. ¿Cómo vamos a invertir nuestro tiempo, recursos, esfuerzo a partir de ahora? ¿Qué cosas que antes postergábamos ahora se vuelven más importantes? ¿Qué cosas que antes considerábamos esenciales ahora parecen insignificantes? Estas son preguntas importantes que cada uno de nosotros debe responder en su intimidad. Pero, la respuesta que elijamos tendrá un alto impacto en cómo vivimos el resto de nuestras vidas y en lo que haremos en la eternidad.
La reflexión sobre “Decidiendo en el Presente” nos lleva a varios versículos bíblicos que enfatizan estos puntos:
1. Invertir nuestro tiempo y recursos: La Biblia nos enseña la importancia de invertir nuestro tiempo y recursos sabiamente. En Proverbios 16:3 se dice: “Encomienda al Señor tus obras, y tus planes se cumplirán”.
2. Priorizar lo que es importante: La Biblia también nos anima a priorizar lo que es verdaderamente importante en nuestras vidas. En Mateo 6:33, Jesús dice: “Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.
3. Tomar decisiones en la luz de la eternidad: En Mateo 25:46, Jesús dice: “Y éstos irán al castigo eterno, pero los justos a la vida eterna”.
Cambiando tu Mente
“Se extenderán su soberanía y su paz, y no tendrán fin. Gobernará sobre el trono de David y sobre su reino, para establecerlo y sostenerlo con justicia y rectitud desde ahora y para siempre.” (Isaías 9:7)
Debemos entender la importancia de estar preparados para el regreso de Jesucristo, vivir en obediencia a Dios y conocer las promesas de Dios para la humanidad. Estos son temas fundamentales en la Biblia y son relevantes para nuestra vida diaria.
El versículo de Isaías 9:7 nos habla de la promesa de Dios de establecer un reino de paz y justicia que será eterno. Este reino será gobernado por Jesucristo, quien es descrito como el heredero del trono de David. La justicia y la rectitud serán las bases de este reino.
Ahora, si lo relacionamos con el tema de “cambiar tu mente”, podemos reflexionar sobre cómo nuestras acciones y pensamientos pueden alinearse con los valores de este reino prometido.
En Romanos 12:2, se nos insta a no conformarnos a este mundo, sino a ser transformados mediante la renovación de nuestra mente. Esto implica un cambio de mentalidad, un cambio en nuestra forma de pensar y ver el mundo. En lugar de seguir los patrones de este mundo, estamos llamados a buscar la justicia, la paz y la rectitud del reino de Dios.
Por lo tanto, cambiar nuestra mente podría implicar un esfuerzo consciente para alinear nuestros pensamientos y acciones con los valores del reino de Dios. Esto podría implicar buscar la justicia en nuestras interacciones con los demás, esforzarnos por la paz en nuestras relaciones y buscar vivir vidas de rectitud.
En última instancia, cambiar nuestra mente es parte de nuestro viaje de fe. A medida que crecemos en nuestro entendimiento de Dios y de Su reino, nuestras mentes se transforman y somos capaces de ver el mundo a través de la lente de la justicia, la paz y la rectitud de Dios. Esto no solo nos beneficia a nosotros mismos, sino que también tiene un impacto positivo en las personas y el mundo que nos rodea.
Por lo tanto, cambiar nuestra mente no es simplemente un acto de voluntad personal, sino una respuesta a la obra transformadora de Dios en nuestras vidas. A medida que permitimos que Dios renueve nuestras mentes, nos volvemos más capaces de vivir de acuerdo con los valores de Su reino y de reflejar Su amor y justicia en el mundo.
Algunas recomendaciones si eres el primer lector
- Te invito a experimentar un diálogo con Dios, hablale como un hijo(a), no desistas tu oración e incluye “que sea tu voluntad” dentro de tus palabras. Él estará feliz de escucharte.
- Empieza a leer ¡la Bíblia! Es una oportunidad para conocer y escuchar la voz de Dios. Puedes empezar por los evangelios que están en el Nuevo Testamento (Mateo, Marcos, Lucas y Juan)
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