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Tenemos vidas complicadas. Cada vez es más desafiante acomodar nuestros tiempos en una agenda repleta de compromisos. Cada vez nos cuesta más cumplir con las responsabilidades, agradar a todos. Cada vez es más difícil llegar a horario y parecería que las horas pasan más rápido. Lo que más me sorprende es que en medio de esta pandemia, parecería que estamos más ocupados que antes.

Tenemos vidas complicadas. Cada vez es más desafiante acomodar nuestros tiempos en una agenda repleta de compromisos. Cada vez nos cuesta más cumplir con las responsabilidades, agradar a todos. Cada vez es más difícil llegar a horario y parecería que las horas pasan cada vez más rápido.

Lo que más me sorprende es que en medio de esta pandemia, en la cual hemos reemplazado muchas actividades que antes hacíamos de manera presencial y ahora las hacemos desde nuestros hogares (ahorrando mucho tiempo y combustible en viajes); increíblemente parecería que ahora estamos más ocupados que antes. Al menos eso me parece a mí, y por lo que veo también a muchas otras personas con quienes cada vez me cuesta más comunicarme porque “estamos ocupados”.

La Simplicidad

En el siglo XV vivió un hombre que la historia reconoce como un genio del Renacimiento italiano. Se destacó en ramas tan diversas como la pintura, el arte,  la escultura, la filosofía, las ciencias, la escritura, la música, y también fue un reconocido inventor. Su nombre era Leonardo da Vinci.

A pesar de tener un cúmulo de conocimientos tan amplio, y de destacarse en disciplinas tan diferentes, Leonardo llegó a una conclusión, y la expresó en la siguiente frase: “La simplicidad es la mayor sofisticación”.

Esta misma frase fue tomada casi 500 años después, por otro destacado inventor y visionario: Steve Jobs. Al fundar su Compañía Apple (la empresa de la manzanita), decidió cuál sería su estrategia para diferenciarse de las demás fábricas de computadoras. 

En una época donde la idea era “Más es Mejor” (más botones, más funciones, más luces), Steve Jobs se dio cuenta que la verdadera necesidad de las personas, y lo que haría la diferencia con el resto sería la simplicidad: “Menos es Más”.

Por ejemplo, uno de sus más destacados inventos fue IPOD, un reproductor de música que vino a reemplazar al walkman y al discman. Y también reproducía videos, y muchas cosas más. Pero todo eso lo hacía con un solo botón. Así de sencillo. Así de fácil. Así de simple.

Hoy la mayoría de nosotros seguimos pensando que “Más es Mejor”. Por eso procuramos llenarnos con más actividades, más compromisos, más ocupaciones, más electrodomésticos, más tarjetas de crédito, más cuotas, más y más…. Pero eso genera una carrera desenfrenada que nunca termina. Nunca llegamos, nunca estamos satisfechos. Y lo peor de todo es que en algún punto de esa  carrera nos cansamos, nos dan ganas de tirar todo. Y decimos: “Renuncio. Me cansé”.

Si estás en ese punto, o te parece que pronto vas a llegar, me parece que te va a interesar leer el resto de este artículo. Porque en esta ocasión quiero invitarte a reflexionar sobre cómo administrar mejor tu vida.

Simplifica tu Agenda

En la actualidad el tiempo es uno de los bienes más preciados. Porque se ha vuelto muy escaso. No se puede almacenar para usarlo después. En todas partes del mundo, cada vez más se escuchan quejas como estas: “no tengo tiempo”, “mi agenda está llena”, “estoy muy ocupado”. 

Una mala administración del tiempo te llevará hacia una vida cada vez más complicada.

Te mantiene como rehén de tareas y actividades. Nunca queda tiempo para las relaciones importantes y trascendentes, como la familia, los amigos, y sobre todo Dios. Te sentís esclavo de compromisos, que en la mayoría de los casos no elegiste, sino que otros lo hicieron por vos. 

Si no tomas decisiones proactivas para cambiar esta situación, tus prioridades más importantes estarán siempre subordinadas a las urgencias de los demás todo el tiempo. 

Es tiempo de recuperar “tu tiempo”. Vos debes ser el dueño de tu agenda. Es tu responsabilidad tener el control de tu calendario. Pero nada cambiará a menos que vos cambies primero. Y es necesario que cambies, para simplificar tu vida.

Escuelas de la Administración del Tiempo

Desde principios del siglo XX, han surgido varias escuelas de la administración del tiempo. Cada una ha elaborado una nueva teoría, conforme el estilo de vida se va haciendo cada vez más complejo.

1) Lista de Tareas

Un buen consejo para comenzar a ordenar nuestras actividades es hacer una lista de tareas. Al anotarlas en un cuaderno, tendremos mayor claridad sobre qué cosas debemos hacer. Y a medida que las vamos realizando, las vamos tildando.

2) Agenda

Cuando no te alcanza el día para terminar con tu listado de tareas, deberás empezar a usar otra herramienta llamada Agenda. De esta manera podrás distribuir tus actividades a lo largo de la semana, asignándoles día y hora para su realización.

3) Prioridades

Si estás en un nivel de actividad, en que no alcanza la semana para cumplir con todas las responsabilidades. Y ese listado sigue creciendo, y las tareas se acumulan sin parar. Entonces deberás empezar a establecer prioridades, fijar metas. Las tareas que pasan ese filtro, recién deberás asignarlas en tu Agenda. Y las que no, deberías delegarlas o simplemente decir que no.

4) Administración Personal

Esta escuela de la administración en vez de centrarse en actividades y el tiempo, se enfoca en las relaciones personales, y en obtener los resultados esperados según las metas previamente establecidas. Para ello, trabaja con un esquema de cuatro cuadrantes que te explicaré a continuación.

Matriz de la Administración del Tiempo

El objetivo de este sistema no es mejorar nuestra eficiencia, es decir hacer más cosas en menos tiempo. Sino que empezaremos tratando de ser más eficaces. Esto es, definiendo cuáles son las cosas que debemos hacer ahora, cuáles quedarán para después, y cuáles ni siquiera las deberíamos hacer nosotros.

Para ello vamos a ordenar nuestras actividades teniendo en cuenta si son: Importantes y Urgentes. Y según sea la combinación de estas dos prioridades, ubicaremos las tareas en uno de los siguientes cuadrantes.

Aprender a decir que “no”

Las personas efectivas se enfocan en el Cuadrante 2. No se orientan hacia los problemas (1), sino hacia las oportunidades (2).
Al principio, sólo se puede obtener tiempo para el Cuadrante 2, sacándolo de los Cuadrantes 3 y 4. No se pueden obviar las actividades Urgentes e Importantes del Cuadrante 1. 
Para enfocarnos en el Cuadrante 2 hay que ser proactivos. Necesitas aprender a decir que no a otras actividades urgentes que parecen importantes, pero en realidad no lo son. 
Entonces, deberás empezar a delegar las actividades del Cuadrante 3 que puedan hacer otras personas (previamente deberás capacitarlas), y renunciar a las actividades del Cuadrante 4 que nos roban el tiempo, y nos distraen de las cosas realmente importantes como son nuestra relación con Dios, con nuestra familia, el trabajo, y el servicio a los demás.

¿Qué dice la Biblia sobre la administración del tiempo?

Los métodos que vimos anteriormente nos ayudan a ser más eficientes en la administración del tiempo. Hay muy buenos libros que hablan al respecto, como “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”, de Stephen Covey. Allí encontraremos buenos consejos para administrar mejor el tiempo, formar líderes, delegarles tareas, no desperdiciar el tiempo en cosas que no valen la pena, y muchas cosas más. Este conocimiento es muy bueno.

Pero la verdadera sabiduría, viene de Dios, y la encontramos en Su Palabra, la Biblia. Allí descubriremos valiosos principios que nos guiarán a tomar las mejores decisiones. Como por ejemplo, cuando leemos:

“Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios sino como sabios, aprovechando al máximo el tiempo”. (Efesios 5:15-16 NVI)

¿Cómo podemos aprovechar mejor el tiempo?

Los Evangelios nos cuentan que Jesús tuvo un ministerio altamente efectivo. No solamente cumplió con la misión por la cual vino a la tierra en su totalidad. Sino que además siempre tenía tiempo para las cosas realmente importantes, como estar en comunión con Dios Padre, y relacionarse con sus discípulos y las demás personas.

En el pasaje de Lucas 10:38-42 descubriremos cuál era su secreto:

“Mientras iba de camino con sus discípulos, Jesús entró en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.” (Lucas 10:38 NVI)

Jesús viajaba mucho. En esta época de su ministerio, con frecuencia iba a Jerusalén, y le gustaba pasar por Betania que era una aldea cercana, para descansar y estar con sus amigos: Lázaro, Marta y María.

“Tenía ella una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba lo que él decía. Marta, por su parte, se sentía abrumada porque tenía mucho que hacer.” (Lucas 10:39-40)

Vemos aquí la diferencia de actitud entre las dos hermanas:

  • María: Se sentó a los pies de Jesús, para escuchar al Maestro.
  • Marta: Se encerró en la cocina, haciendo muchas cosas a la vez, tratando de que todo esté en orden.

“Así que se acercó a él y le dijo: —Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sirviendo sola? ¡Dile que me ayude! —Marta, Marta—le contestó Jesús—, estás inquieta y preocupada por muchas cosas, pero sólo una es necesaria. María ha escogido la mejor, y nadie se la quitará.”  (Lucas 10:40-42)

Generalmente cuando estamos cansados y cargados, con muchas cosas en nuestra agenda, nos ponemos de mal humor. Y como a Marta, nos parece que todas las demás personas están de vacaciones, que van en “cámara lenta”. Entonces, empezamos a quejarnos y a exigirles que nos ayuden, porque hay muchas cosas para hacer.

Ante esta situación, Jesús le pide a Marta que se quede tranquila, que se relaje un poco. Porque demasiadas cosas estaban ocupando su mente, y no le permitían enfocarse en lo más importante.

Hay dos palabras que Jesús utiliza, y será muy interesante que las podamos analizar a continuación:

  1. In-quieto: Esto se aplica a las personas que les cuesta quedarse quietas. Debemos reconocer que estar en movimiento no significa que estemos avanzando. Cuando quieras hacer muchas cosas a la vez, es muy probable que no termines haciendo ninguna bien.
  2. Pre-ocupado: Cuando demasiados pensamientos llenan tu mente, te traen confusión. No te permiten ocuparte de lo que realmente tienes que hacer. Y es muy probable que con tanta “pre-ocupación” al final no te “ocupes” en nada.

Para simplificar tu vida debes aprender a enfocarte en las prioridades. Todos tenemos la posibilidad de elegir. Por cada cosa a la que le decimos “sí”, hay tres o más a las que les decimos “no”.

María eligió la mejor parte: estar con Jesús.

La comunión con el Señor nos enfoca en lo que realmente es importante. Si elegimos cada día estar primero con Dios, ordenaremos bien las prioridades y el resto de la jornada irá todo sobre rieles.  

Jesús no le dijo a María que no había que hacer las demás cosas. Pero sí le dio una lección en cuanto a las prioridades. 

Cuando empezamos por las demás cosas, y dejamos la comunión con Dios para el último, entonces nunca llegará. Otras cosas te “quitarán” el valioso tiempo con Dios. Y terminarás más cansado y agobiado que antes. 

Pero cuando pongas a Jesús en primer lugar, incluso al darle la prioridad de tu tiempo: nada ni nadie en todo el resto del día te quitará lo que recibiste a la mañana temprano cuando estuviste en Su Presencia.

Cambio de Paradigma

A esta altura queremos animarte a que cambies tu manera de pensar y administrar tu tiempo. Para eso, te proponemos la siguiente frase:

“Que tu agenda trate menos de lo que debes hacer,
y más de en quién quieres
ser”.

Ya es hora de que como María elijas qué es lo mejor, en quién te querés convertir, a quién te querés parecer… y todo lo demás ocupe el lugar que le corresponde.

La mayoría de las personas toman sus agendas, y tratan de meter ahí todas sus citas, compromisos, reuniones, actividades, cumpleaños, visitas familiares, el service de la heladera, pagar los impuestos, las compras de la semana, etc…

 Al final de un buen día, si han acudido a todos los compromisos y los han tachado de la lista de tareas, caen en la cama y oran: “Dios, ayúdame a hacer esto de nuevo mañana”. Y se desmayan hasta el otro día.

  • ¿Habrá otra forma de hacerlo?
  • ¿Y si en mi agenda no estuvieran todas las cosas que “hay que hacer”, sino solamente las que en realidad “yo debo hacer”?
  • ¿Y si en mi agenda, además de reuniones y tareas, estuviera mi familia, mis amigos, mi tiempo con Dios.
  •  ¿Y si en mi agenda estuviera reservado un tiempo semanal a solas con mi esposa, o una salida mensual con mis hijos? (No para llevarlos a una actividad o cumpleaños, sino para estar con ellos).

  • ¿Y si pudiera reservarme un tiempo para estudiar eso que me gusta, o para desarrollar los dones que Dios me ha dado a través del servicio?

¿En quién querés convertirte?

La simplicidad no se puede conseguir sin tener claro el objetivo global de tu vida.

La pregunta no es: ¿Qué debo hacer en los próximos 30 días? Sino: ¿En quién quiero convertirme en la próxima etapa de mi vida?

Como María, tenemos la posibilidad de elegir. Una vez que tengas la respuesta a esta pregunta, pasarás de ser esclavo de tu agenda al dueño. Ya no será un elemento de tortura, sino tu mejor herramienta para administrar el tiempo, y tu propia vida.

El ejemplo de Jesús

Lo que Jesús elogió en María, era una disciplina que Él mismo tenía muy bien desarrollada. Una y otra vez, los Evangelios nos relatan que en medio de la vorágine de su ministerio, en medio de tantos viajes, compromisos, enseñanzas, multitudes, etc. Jesús siempre elegía separar un tiempo para estar a solas con Dios.

“Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba.” (Marcos 1:35)

Cuando a Jesús le preguntaron cuál era el secreto del éxito en su ministerio, Él contestó:

“Ciertamente les aseguro que el hijo no puede hacer nada por su propia cuenta, sino solamente lo que ve que su padre hace, porque cualquier cosa que hace el padre, la hace también el hijo. Pues el padre ama al hijo y le muestra todo lo que hace.” (Juan 5:19–20 NVI) 

El secreto del éxito de Jesús era estar en comunión con el Padre. Sabía que separado de Él, nada podría hacer. Jesús desarrolló un sentido de dependencia tal, que cada mañana lo primero que hacía al levantarse era orar y estar en comunión con el Padre. Allí recibía instrucciones para el resto del día.

No se trata de lo que otros esperan que hagas, o de lo que te gustaría hacer. Sino de entender que por encima de todos nosotros está Dios y que Él tiene un propósito para nuestra vida. Los planes de Dios son los mejores planes. La agenda de Dios es la mejor.

Como Dios te ama, Él quiere mostrarte lo que ya está haciendo, para que te le unas. Pero esa revelación nunca llegará si no elegís separar un tiempo diario para estar a solas con Dios.

¿Alguna vez te has hecho las siguientes preguntas?:

  • ¿Qué pasaría en tu vida, si Dios tuviera el control de tu tiempo?
  • ¿Cómo serían tus jornadas de trabajo, si Jesús dirigiera tu agenda?

Devocional Diario

Organizar un tiempo devocional diario es muy sencillo. Para ello deberás separar un tiempo para:

  1. Orar: Hablar con Dios.
  2. Leer la Biblia: Escuchar a Dios.
  3. Organizar la Agenda del día: ¿Qué debo hacer hoy?,
    ¿Cuáles son las prioridades?, ¿Qué cosas pueden esperar?

En Renacer ponemos a tu disposición cada mañana una lectura devocional de la Palabra de Dios, y una reflexión para ayudarte a ponerla en práctica. Y lo más interesante es la posibilidad compartir con los demás miembros de la Comunidad Digital tus pensamientos y experiencias. ¡Estos es tremendo! Es como si leyéramos la Biblia juntos. Si todavía no lo hiciste, podés sumarte hoy mismo:

El Momento de Decidir

Este es el momento de que tomes una buena decisión.

Si hoy estás cansado y cargado, Jesús te invita a que vengas a Él para recibir descanso. Si examinaras las razones por las cuales te sentís así, descubrirás que muchas de ellas, quizás la mayoría, son consecuencias de malas decisiones. 

Quizás lo hiciste sin pensar, sin consultar a otros, sin preguntarle a Dios. Pero aún así, si hoy tomas la decisión de venir a Cristo, Él ofrece darte una paz y un descanso que no encontrarás en ningún otro lugar. Si todavía no entregaste tu vida a Jesús, te invito a que ahora mismo puedas hacerlo. Para ello, te propongo que hagas la siguiente oración.

Si todavía no entregaste tu vida a Jesús, te invito a que ahora mismo puedas hacerlo. Para ello, te propongo que hagas la siguiente oración.

Amado Dios:

Reconozco que soy un pecador, y que he estado alejado de Ti. Me arrepiento de todos mis pecados. Por eso renuncio a todo aquello que no te agrada, y que tanto daño me ha ocasionado, y a las personas que más amo.

Hoy creo en Jesucristo y en la obra que hizo en la cruz por mí. Yo creo que pagó el precio por mi salvación. Por eso te entrego mi vida, para que seas mi Señor y mi Salvador.

Te doy gracias por el regalo de la vida eterna, y te pido que me ayudes de ahora en adelante a vivir plenamente, haciendo los cambios que necesito hacer, para alcanzar y mantener una vida simplificada, y cumplir el propósito para el cual me has creado.

Te abro las puertas de mi corazón, y te invito para que por medio de tu Espíritu Santo entren en mi vida, y hagas todas las cosas nuevas.

Te lo pido en el nombre de Jesucristo. ¡Amén!

Si hoy entregaste tu vida a Jesús, te felicito y quisiéramos conocerte más, para guiarte en una relación creciente con Él. Por favor déjanos tus datos en la Ficha de Bienvenida de Renacer.

Para finalizar, te propongo que ahora que ya que le entregamos a Jesús nuestras vidas (recién o hace años), le entreguemos también el control de nuestra agenda. 

Tu tiempo no podría estar en mejores manos, que en las de Aquél que te ama y quiere lo mejor para vos y tu familia.

Gracias por leer este artículo. Y si te fue de bendición, te invito que lo compartas con alguien más. Te mando un fuerte abrazo y mis mejores deseos de que hoy en adelante tengas una vida más SIMPLE.

¡Que Dios te bendiga!

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Comentarios

  1. Me encanta esto de simplificar! Es genial! Poder visualizar las prioridades y armar mí agenda diaria en función de ellas, fue y es una enseñanza/aprendizaje que siempre tengo presente en mí vida, gracias por eso pastor Diego!
    Poder disfrutar de todo sin perder el enfoque de lo que realmente es importante, es éxito y bendición para mí y para los que me rodean!
    Gracias!

  2. Querido y muy valorado pastor Diego: Es increíble lacapacidad que Dios pone en Ud.y la manera proactiva en que hace uso de ella. Siemore me sorprenden sus mensajes, estudios, devocionales, aliento a no quedarnos atrás…. Gracias.Esto de simplificar es tan real para organizar lo que queremos ser, dejando de lado lo que los demás nos imponen por mansos nomás que somos. Es hora de hacer aquello que redunde para el Reino de los
    Cielos. Poner el rostro como un pedernal con tal de lograr la meta en lo que creemos importante. Primero, buscar de mañana la comunión con Dios. De ahí, todo se va acomodando armoniosamente.

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