“Estas son las cosas que habéis de hacer: Hablad verdad cada cual con su prójimo; juzgad según la verdad y lo conducente a la paz en vuestras puertas. Y ninguno de vosotros piense mal en su corazón contra su prójimo, ni améis el juramento falso; porque todas estas son cosas que aborrezco, dice Jehová” ( Zacarías 8:17) Cuando tenemos un pensamiento en nuestra mente, dependiendo de la situación, comienza a generar conexiones con nuestras decisiones; damos vueltas, una y otra vez, o quizás, casi sin pensar tanto, accionamos. Ante los prejuicios y preconceptos que formamos en la mente, nos damos cuenta de que esas intenciones reflejan la decisión que hemos tomado y que ya ha descendido a nuestro corazón. Dios nos conoce a la perfección, por eso nos exhorta a revertir esta actitud de pensar mal en nuestro corazón, haciéndonos saber que a Él no le agrada. Cuando pienso mal de mi prójimo estoy emitiendo juicio y esta actitud me coloca en un rol de juez, ocupando el lugar de Dios, levanta una muralla que impide que me acerque a la persona y corta también los lazos de unidad como cuerpo de Cristo. Cuántas cosas negativas producen los malos pensamientos, hasta emanar de nuestras bocas palabras desagradables, con opiniones dañinas hacia los demás. Es necesario llenar nuestra mente de pensamientos de bien, porque de esa manera nos evitaremos muchos disgustos, malos entendidos y, por sobre, todo agradaremos a Dios. Hablemos verdad, juzguemos según la verdad y mantengamos la paz. Desafío: Mantengámonos alerta, fuimos llamados a cuidar nuestra mente y la de nuestro prójimo.
- Zacarías 7:1-14 | (Leer)
- Zacarías 8:1-23 | (Leer)
- Apocalipsis 17:1-23 | (Leer)
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