“Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida” ( Apocalipsis 21:5-6) Conocer a Jesús provoca un milagro maravilloso en nosotros, que no podemos ver con nuestros ojos naturales, pero sí podemos sentirlo en nuestro interior, en nuestro ser. ¡Él deposita en nosotros algo nuevo! Qué agradable es el aroma de lo nuevo cuando sale de su empaque o por primera vez se utiliza, genera una sensación única. La verdad es que en Jesús cada día tenemos la posibilidad de que las cosas sean renovadas, trasformadas, lo que se encontraba sin vida hoy vive, lo que no tenía esperanza hoy tiene promesas de esperanza. Cada día es un nuevo comienzo, una nueva oportunidad, una relación especial con Dios, un nuevo desafío. Porque en Jesús no hay cosas viejas, forman parte del pasado, y lo que es vigente se regenera con el diario vivir en Su presencia y por Su Palabra. Dios es Fiel y cumple Sus promesas; aunque por fuera se vean signos del paso del tiempo, nuestro ser es renovado cada día. Su amor es la fuente de bondad que permite en ti y en mí la esperanza para nuevos proyectos, nuevos sueños y para el nuevo año que está por comenzar. Desafío: ¡Anímate, proyecta! Dios suelta Su palabra: ¡Hecho está!
- Malaquías 1:1-14 | (Leer)
- Malaquías 2:1-17 | (Leer)
- Apocalipsis 21:1-27 | (Leer)
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