Progreso de Leccion
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LA ESENCIA DE LA IGLESIA CELULAR

Por Joel Comiskey

Mientras estaba charlando con uno de los pastores que yo estoy asesorando, él me preguntó: “Joel, en resumen, ¿Cuál es la esencia de la iglesia celular? ¿Cuál es el mensaje clave que yo debo comunicar a mi gente? ¿Cómo describo a la iglesia celular de una manera clara y concisa?”

Yo balbuceé por un momento, buscando profundamente la respuesta. Lo que apareció era una convicción que yo tenía por mucho tiempo, pero que a veces he olvidado. Le dije que la iglesia celular es principalmente una estrategia de liderazgo. Le dije que la esencia o el principio clave de la iglesia celular es el desarrollo, entrenamiento, y despliegue de líderes. 

Creo, en realidad, que las células son simplemente el vehículo para permitirle a un líder potencial surgir, desarrollarse y finalmente liderar a otros. Las células son criaderos de líderes, para activar a los miembros pasivos y transformarlos en discípulos activos.

Es fácil hundirse con los detalles: los sistemas celulares, las definiciones, las estadísticas, adiestramiento, etc. Sin embargo, debemos enfocar en el cuadro grande: convertir a los calienta-bancos en obreros que van a recoger la cosecha. El clamor para convocar a la iglesia celular se encuentra en Mateo 9:35-38; 10:1

“Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, predicando el evangelio del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Al ver las multitudes tuvo compasión de ellas, porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: «A la verdad la mies es mucha, pero los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies». Entonces, llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus impuros, para que los echaran fuera y para sanar toda enfermedad y toda dolencia.”

La necesidad era demasiado grande para Cristo solo. Él sabía que la única manera de conseguir que se hiciera el trabajo era levantando más obreros. Entonces practicó lo que predicaba llamando a sus doce discípulos para ayudarlo en la cosecha.

Las iglesias no recogen la cosecha porque tienen los grupos pequeños. Ellos recogen la cosecha porque tienen obreros para la cosecha. Las iglesias que no tienen ningún plan para desarrollar a los líderes y obreros, sin saberlo han hecho planes para perder la cosecha.

“El crecimiento del movimiento celular está basado en el surgimiento de líderes desde adentro. La mayor prioridad del líder celular es identificar a los aprendices potenciales y empezar el proceso de discipulado.”  

Con esta cita, Gwynn Lewis identifica con precisión la esencia de la iglesia celular. Los líderes celulares no son llamados principalmente para formar y mantener los grupos celulares; su trabajo primario es el de hallar, entrenar, y enviar nuevos líderes.  

Jim Egli se extiende sobre este mismo punto: “La Iglesia Celular no es una estrategia de pequeños grupos; es una estrategia de liderazgo. El enfoque no es de empezar los grupos en los hogares sino de equipar un número creciente de líderes que cuidan a otros. Si usted tiene éxito en esto, su iglesia florecerá”. 

El mejor foro para el surgimiento de líderes y su desarrollo es la célula, donde todos pueden ejercer sus dones espirituales y ser de influencia para otros. Dicho desarrollo simplemente no sucede en el contexto de una celebración en el grupo grande. Ni tiene lugar eficazmente en los grupos de músicos, equipo multimedia, ujieres, o las clases del instituto Bíblico. Todos esos grupos de ministerio son buenos y necesarios. Pero el mejor lugar para que los líderes potenciales sean descubiertos, se desarrollen y se reproduzcan en otros discípulos es la célula. Porque es el único grupo pequeño que se enfoca en la evangelización, el discipulado y la multiplicación.

Así debe ser una célula:

“Un grupo de 4-15 personas que se reúnen semanalmente fuera del edificio de la iglesia con el propósito de la evangelización y el discipulado con la meta de la multiplicación.”

Yo me aferro tan tenazmente a una definición clara de una célula, porque el desarrollo de los líderes tiene lugar cuando el líder en vías de desarrollo aprende a evangelizar, a discipular, y reproducirse en nuevos líderes.

Por eso doy tanto énfasis a la necesidad de que las células se reúnan semanalmente, fuera del edificio de la iglesia, evangelicen, discipulen y se multipliquen. Simplemente recuerde que más allá de la “definición correcta” está el propósito: ¡desarrollar líderes que recojan la cosecha!

Yo he descubierto una falla con respecto al tema que la multiplicación de líderes es la esencia clave de la iglesia celular. Andrew Harper, un pastor australiano, me puso sobre aviso en este punto, y yo supe inmediatamente que él tenía razón. Aquí está la cautela: Debemos asegurarnos que nuestros futuros líderes se desarrollen para alcanzar con el evangelio a sus comunidades y grupos de influencia. En otras palabras, es posible que los líderes celulares llenen sus células con personas de la celebración del domingo, y entonces multipliquen sus células con esas mismas personas, y nunca lleguen a alcanzar al mundo perdido que los rodea.

Para evitar esto, debemos animar a nuestros líderes para que vayan a las personas del núcleo principal de la celebración del domingo, (quizás 7 personas) pero que entonces movilicen a ese núcleo para que ejerciten sus “músculos para la evangelización” continuamente.

La iglesia celular se trata completamente de cómo levantar líderes para la cosecha. Si usted mide su éxito por esta norma, desarrollará a los discípulos en obreros para la cosecha que alcanzarán a un mundo perdido y agonizante para Jesucristo.