Descripción
Dios es dueño de todas las cosas, y nos entrega a nosotros el privilegio y la responsabilidad de administrarlas. Él espera que lo reconozcamos entregándole el 10% de nuestros ingresos.
“Traigan todos los diezmos al cofre de las ofrendas y haya alimento en mi casa; y pruébenme ahora en esto, dice el Señor, si no les abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde.” (Malaquías 3:10)