02) Cuatro Acciones de un Ministro de Reconciliación

Leamos el siguiente pasaje, y descubramos juntos las cuatro acciones que Jesús nos recomienda a la hora de reconciliar a los perdidos con Dios.

“Cuando entren en una casa, saluden primero, diciendo: ‘Paz a esta casa’. Y si allí hay gente de paz, su deseo de paz se cumplirá; pero si no, ustedes nada perderán. Quédense en la misma casa, y coman y beban de lo que ellos tengan… Al llegar a un pueblo donde los reciban, coman lo que les sirvan; sanen a los enfermos que haya allí, y díganles: El reino de Dios ya está cerca de ustedes.” (Lucas 10:5-9 DHH)

De este pasaje, extraemos cuatro pasos para reconciliar a los perdidos con Dios.

1. Bendecir (v. 5)
2. Tener Comunión (v. 7)
3. Orar (v. 9)
4. Proclamar el Reino (v. 9)

Veamos más en detalle cada una de estas acciones, junto con algunas sugerencias para actuar sabiamente en cada momento.

1) Bendecir

“Cuando entren en una casa, saluden primero, diciendo: Paz a esta casa.” (Lc 10:5)

• Recordamos que todavía NO les hablamos a nuestros vecinos, parientes y amigos acerca de Dios, pero SÍ le hablamos a Dios a favor de ellos.
• Bendecir significa proclamar paz sobre cada casa, y las personas que viven en ella.
• En esta etapa debemos orar “preparando la tierra” de sus corazones, para que la semilla del evangelio caiga en buena tierra.
• Cuando bendecimos se abre una puerta para que comience una amistad sincera.

2) Tener Comunión

Quédense en la misma casa, y coman y beban de lo que ellos tengan… Al llegar a un pueblo donde los reciban, coman lo que les sirvan. (Lucas 10:7- 8)

• Antes de ganarnos la atención de las personas, debemos ganarnos su confianza. Ellos necesitan ver en nosotros el amor de Cristo, y que nos interesan como personas más que cualquier otra cosa que ellos tengan o puedan darnos.
• La comunión establece un nivel de confianza que permite a nuestros amigos y conocidos compartir con nosotros sus mayores necesidades
• Descubra y apunte cuáles son sus intereses y sus necesidades, para luego orar por ellos.
• Busque áreas de terreno común en la que usted puede construir una linda amistad.
• Procure escuchar a la persona y colóquese en su lugar. No olvide que usted estuvo en la misma situación un día.
• Invítalos a tu casa o a su Célula de Crecimiento.
• Esfuércese por amarlos. Acepte a las personas como son, sin prejuicio.

3) Orar por sus necesidades

“Sanen a los enfermos que haya allí”. (Lucas 10:9)

• Para orar eficazmente por los perdidos, debemos comprender primero la diferencia entre la necesidad más importante que tienen, y lo que ellos consideran lo más importante. A esto último lo llamaremos las “necesidades sentidas”.
• La necesidad más importante del ser humano es sólo una: la salvación de su alma. Sin embargo la necesidad sentida es la que ellos consideran más importante.
• La razón por la cual el inconverso no se da cuenta de que su necesidad más importante es la salvación es porque: “el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio” (2° Corintios 4:4).
• Por eso es necesario orar primero por lo que es importante para ellos, para que cuando Dios conteste esa oración, pasen a ser conscientes de la existencia y el poder de Dios, y de la necesidad de salvación. Es por lo que en el Nuevo Testamento vemos que la apertura de los ojos de los inconversos se da en un contexto de “milagros extraordinarios” (Hechos 19:11), que sin duda tenían como objetivo satisfacer las necesidades sentidas de los perdidos para luego alcanzar salvación de su alma.
• Cuando las necesidades más sentidas de los inconversos son satisfechas en respuesta a nuestra oración, de repente ellos hacen la conexión entre el poder de Dios y el amor de Dios.

La gran mayoría de los inconversos cree en el poder de Dios, el universo mismo da testimonio de Su Poder. En lo que ellos no creen es en el amor de Dios.

Por eso, cuando el poder de Dios (en el que creen) se manifiesta en respuesta a la oración ofrecida a su favor, ellos ven una prueba tangible del amor de Dios (en el que no creen).

Esto es lo que Pablo le explicó al rey Agripa: “Mi tarea es abrir los ojos para que ellos puedan volverse del reino de las tinieblas al reino de Dios, y del poder del diablo al poder de Dios”. (Hechos 26:18)

• En esta etapa del proceso de evangelización, todavía no les hemos predicado, pero debemos poner en acción nuestra fe para orar por sus necesidades, creyendo que Dios está interesado en la salvación de los perdidos.

Cuando oramos conforme a Su Voluntad, tenemos la garantía de que El contesta nuestras oraciones, y que Dios se glorificará supliendo esas necesidades sentidas, para que la necesidad más importante (la salvación) salga a luz, dejando el terreno servido ahora sí para proclamar las buenas nuevas del Evangelio.

4) Proclamar el Reino de Dios

“y díganles: El reino de Dios ya está cerca de ustedes.” (Lucas 10:9)

• Comparta su testimonio cuando la ocasión sea (Lo será)
• No fuerce  las Buenas Nuevas. Sea paciente. ¡Dios está obrando!
• Concéntrese en lo esencial. Evite las distracciones.
• Guíelos en una oración de compromiso después de compartirles las Buenas Nuevas.
• En otros capítulos de este manual se enseña en detalle a compartir el Evangelio con los perdidos.