Objetivos
- Valorar la importancia del testimonio personal.
- Aprender a construir mi testimonio eficazmente.
- Descubrir cómo comunicar mi testimonio con claridad.
Introducción
“Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.” 2 Timoteo 4.1, 2 y 5
Durante todas estas clases hemos aprendido e incorporado a nuestras vidas la IMPORTANCIA, URGENCIA y RESPONSABILIDAD de predicar el evangelio de Jesucristo a la humanidad. Además reconocimos que esta tarea no está limitada para algunas personas y mucho menos depende de los talentos y carismas de las personas. Es de todos y para todos.
Una vez que hemos comprendido qué estamos llamados a predicar, veremos ahora cómo transmitiremos este mensaje. Tu TESTIMONIO de vida es lo que Dios quiere decir al mundo a través tuyo. Dios nos dice claramente que Él tiene un mensaje para que lo compartamos con otros.
“Ustedes son linaje escogido por Dios, instrumentos de Dios para que proclamen las obras maravillosas de Aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable.” (1 Pedro 2:9)
Y cada uno de nosotros hemos recibido un legado de Dios, un propósito:
“Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.” (2 Cor 5.18-19)
Comentarios