Progreso de Leccion
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INTRODUCCIÓN

Como madres de familia atareadas y ocupadas en múltiples tareas, tratamos de cubrir todas las necesidades de nuestro hijos, pero a veces nos olvidamos de lo realmente importante.

Aquí te dejamos algunos consejos que pueden ayudarte a poner en práctica lo aprendido en esta sesión.

Pequeñas Decisiones que traen Grandes Bendiciones

  1. Repasa las lecciones de clase bíblica. Lo que más me gusta de ir a la iglesia en familia es ver a los niños salir de su clase de escuela dominical corriendo con la lección en sus manos. ¡Están ansiosos por entregársela a mamá! No dejes extraviar esa hoja que es un tesoro en medio de todo el ajetreo de la despedida, la entrada al auto y la llegada a casa. Luego realiza este sencillo ejercicio en casa: repasa la historia o actividad que aparece en la lección del día. Deja que cuenten la lección. Y las alabanzas que cantaron. No pierdas la oportunidad de reforzar estas verdades en su corazón.   
  2. Preparativos previos al domingo, día del Señor. Dedica la noche anterior (sábado) a todos los preparativos. Piensa en convertirla en la “noche familiar” en casa. Empieza con un baño temprano. Elige y organiza la ropa y las Biblias que llevarán a la iglesia. También que no olviden su ofrenda. Planea que tus adolescentes lleguen temprano a casa. Acuesta a los niños un poco más temprano. Prepara y plancha tu ropa y la de tu esposo. Organiza el desayuno con anticipación. Y el almuerzo que compartirán al regresar. ¡Entonces deja que las bendiciones comiencen!
  3. Reúnete con los lideres de tus hijos. Programa una corta charla después de clases para hablar sobre el desarrollo espiritual de tu hijo. O invita a este líder y su familia a cenar con tu familia. Investiga: ¿Cómo se comporta tu hijo en clase? ¿Qué preguntas formula sobre asuntos espirituales? ¿Qué puedes hacer para reforzar y complementar la enseñanza bíblica en casa? Y sobre todo, ¿cómo puedes ayudar a estos maestros a guiar a tu hijo al conocimiento de Jesús? Ayuda, en la medida de lo posible, en el área de niños y juvenil de tu iglesia con tu servicio, oraciones y ofrendas.
  4. Disfruta la iglesia al máximo. Aprovecha al máximo tu tiempo en la iglesia. La iglesia es un recurso privilegiado que Dios te ha dado, así que aprovéchalo. La mayoría de las iglesias tienen un culto de adoración y también un programa de escuela dominical para niños. Si tu hijo tiene la edad suficiente (preadolescentes en adelante), permanezcan juntos en el culto. La iglesia tiene muchos recursos que ofrecer a tus hijos. Llévalos a las actividades de preadolescentes, adolescentes y jóvenes. Motiva a tus hijos a participar de grupos pequeños, acantonamientos y campamentos. Invierte en sus vidas espirituales y en amistades para toda la vida. Además, decide participar en otros tiempos de oración, enseñanza y comunión. Por ejemplo, entre semana participar de un grupo pequeño. ¿Qué son dos horas comparadas con las múltiples bendiciones y bienes que recibes por ir a la iglesia? Es muy poco tiempo a la semana, pero significa muchísimo desde la perspectiva eterna.
  5. Habla de la iglesia. Lo que hablas delante de tus hijos les dará una idea clara de lo que hay en tu mente y en tu corazón. Si la iglesia es importante (y lo es ¿cierto?), entonces habla de ella durante la semana. “Oigan, chicos, solo faltan tres días para ir a la reunión y a la clase bíblica o a la reunión de preados”.  Aprovecha cada oportunidad para incentivar el anhelo por asistir a la iglesia en tus hijos. Si cumples con tu parte, lo que para vos es importante será importante para tus hijos.
    ¡Así que habla! Abre tu corazón y tus labios y bendice a tus hijos hablando bien de tu iglesia.

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