Si se trata de niños que todavía no tienen edad suficiente para creer, la respuesta es no. Por ejemplo, un niño de dos, de tres, de cuatro y aún de cinco años no debe ser bautizado porque es evidente que no puede creer. La práctica de padrinos en el bautismo es invención humana; en los asuntos religiosos espirituales, es el individuo siempre quien debe ser responsable de sus actos y decisiones. En los evangelios se nos relata el incidente cuando las madres llevaron sus niños a Jesús, pero para que los bendijera, no para que los bautizara. (Mateo 19:13-15).
Comentarios