2.2 Notas del Mensaje

2) Una Visión Compartida

Tarde o temprano te darás cuenta de que no vas a poder hacer realidad la Visión de Dios vos solo. Necesitas ayuda.

Nehemías recibió el permiso del rey, y los recursos que le pidió.

Investigar la situación

11 Al llegar a Jerusalén, dejé pasar tres días12 sin decirle a nadie lo que Dios me había indicado hacer por Jerusalén. Después me levanté de noche y salí acompañado por algunos hombres. El único animal que llevábamos era el burro que yo montaba.13 Pasé por la entrada del Valle y me dirigí hacia la entrada del Basurero, pasando por la fuente del Dragón. Revisé los muros de protección de la ciudad que estaban caídos, y los portones que habían sido destruidos por el fuego.14 Después seguí hacia la entrada de la Fuente y el estanque del Rey, pero como mi burro no podía pasar por allí, bajé al valle.15 Desde el valle revisé los muros, y al regresar pasé por la entrada del Valle. Todavía era de noche. Nehemías 2:11–15 (TLA)

• Cuando Nehemías llegó a Jerusalén, no compartió su visión con nadie por lo menos durante tres días. Pasó ese tiempo estudiando la situación.

Escribir la Visión

Luego de investigar la situación, es necesario que escribas la Visión, antes de compartirla con otras personas.

2 Y el Señor me respondió, y me dijo: «Escribe la visión. Grábala sobre tablas, para que pueda leerse de corrido. 3 La visión va a tardar todavía algún tiempo, pero su cumplimiento se acerca, y no dejará de cumplirse. Aunque tarde, espera a que llegue, porque vendrá sin falta. Habacuc 2:2–3 (RVC)

Tengo un Sueño

“Escribe la visión con tinta, y tus planes con lápiz.” (Andy Stanley)

"Les dije, pues: Ustedes ven el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; vengan, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio. Entonces les declaré cómo la mano de mi Dios había sido buena sobre mí, y asimismo las palabras que el rey me había dicho." (Nehemías 2.17-18a)

Cuatro Ingredientes para compartir eficazmente una Visión

El Problema

• El problema al que se enfrentaban los habitantes de Jerusalén era evidente: Las murallas estaban en ruinas.

“Ustedes ven el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego.” (v. 17a)

• Las palabras de Nehemías fueron un llamado para que despertaran. Les estaba diciendo: “¡Abran los ojos! ¡Las cosas están mal! Estamos en un problema.”

La Solución

• Una vez planteado el problema, Nehemías pasó a proponer una solución:

“Vengan, y edifiquemos el muro de Jerusalén” (v. 18b)

• La visión siempre es la solución al problema.
• Nadie realiza solo una visión dada por Dios. Vas a necesitar de un equipo, cuyas imaginaciones estén en sintonía con la visión que Dios te ha dado.

La Razón

• No bastaba con señalar el problema y la solución. El pueblo de Jerusalén necesitaba un incentivo, una motivación. Así que Nehemías siguió su discurso apelando a su conciencia:

 “Vengan, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio” (Neh 2.17)

• La explicación del problema capta la mente. La solución mueve la imaginación. Pero una razón convincente cautiva el corazón.

El Momento

• El cuarto y último elemento del lanzamiento de una visión se refiere al momento en que se ha de seguir una visión.

“Entonces les declaré cómo la mano de mi Dios había sido buena sobre mí, y asimismo las palabras que el rey me había dicho." (Nehemías 2.18a)

Lo que Dios origina, Él mismo lo dirige.

Conclusión

• Cuando Nehemías terminó de lanzarles su visión a los habitantes de Jerusalén, éstos ya estaban listos para ir a trabajar:

“Y dijeron: Levantémonos y edifiquemos. Y se dispusieron a poner manos a la obra.” (Neh 2.18b)

• Una Visión Compartida:
  • ¿Cuál es el problema?
  • ¿Cuál es la solución?
  • ¿Por qué hay que hacerlo?
  • ¿Por qué ahora?