2.1 Pequeñas Decisiones que traen Grandes Bendiciones
INTRODUCCIÓN
Como madres de familia atareadas y ocupadas en múltiples tareas, tratamos de cubrir todas las necesidades de nuestro hijos, pero a veces nos olvidamos de lo realmente importante.
Aquí te dejamos algunos consejos que pueden ayudarte a poner en práctica lo aprendido en esta sesión.
Pequeñas Decisiones que traen Grandes Bendiciones
- Pídele ayuda a Dios para que tu sensibilidad a Él vaya en aumento. Si quieres que tus hijos sigan a Dios, debes hacerlo partícipe de cada detalle de tu vida. Se sensible a su creación, su bondad, sus bendiciones y su presencia en sus vidas. Habla de eso con tus hijos.
- Decide hablar del Señor y busca oportunidades para hacerlo. Crea un ambiente y un horario o rutina para enseñarles a tus hijos acerca de Dios y los principios de las Escrituras. Aprovecha las comidas, los viajes en el auto, las tardes tranquilas. Podrías proponerles versículos para memorizar e ilustrar con colores o rotuladores. Al momento de recogerlos de sus actividades, o al llegar a casa, pregúntales: “¿Qué bendiciones te dio el Señor hoy?”
- Termina el día con Dios. Es posible tener una pequeña charla espiritual con cada uno de tus pequeños, e incluso tus adolescentes, antes de ir a la cama. Ora por sus situaciones diarias. Recuérdales un versículo acerca de Dios. Memoriza con ellos la Palabra de Dios.
- Concéntrate en el evangelio. Enséñales a tus hijos lo que Jesús ha hecho por ellos. Aprovecha fechas especiales como Pascua, Navidad, etc. Enséñales, Juan 3:16 de memoria.
Repasen juntos al salir de la Escuela Bíblica lo que han aprendido y vean maneras de ponerlo en práctica en la semana. - Habla sobre las vidas de los santos. Enséñales a tus hijos las historias hombres y mujeres de la Biblia que serán de ejemplo e inspiración para ellos. También de misioneros y ministros cristianos que han dado su vida por el evangelio.
- Lee diario la Palabra de Dios. Primero vos. A medida que te enamoras más de la Palabra de Dios, querrás que tus hijos experimenten lo mismo. Recuerda que la primera y pequeña decisión de tu lista de quehaceres diarios es llenar tu propio corazón, refrescar tu alma y fortalecerte en un tiempo a solas con tu Biblia.
- Lee primero la Biblia. Cuando tengas tiempo de leer con tus hijos, asegúrate de considerar la Biblia como el libro más importante del mundo y busca libros cristianos que refuerzan e ilustran las verdades de la Biblia.
- Lee los Proverbios. Dios establece el propósito del libro de Proverbios justo en el primer capítulo, versículo cuatro: “Para dar…a los jóvenes inteligencia y cordura”. Enséñales a tus hijos los Proverbios como un regalo: Sabiduría de lo alto. ¿Cómo? Lee en voz alta Proverbios cada vez que se presente la oportunidad.
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