Leccion 2, Tema 1

1.1 El Punto de Partida

Progreso de Leccion
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Todo en la vida tiene un comienzo, un punto de partida. Seguramente tuviste tu primer día de clases, tu primer trabajo, tu primer sueldo. Estas experiencias fueron el punto de partida de una nueva etapa que vendría después.

Si estás casado, recordarás esa primera salida donde le dijiste a tu novia que la amabas y querías estar con ella para siempre. Ese también fue el comienzo de una nueva etapa en tu vida.

La fe también tiene un punto de partida.

  1. Si creciste en una familia incrédula, tu primer encuentro con la fe en Dios pudo haberte ocurrido en la casa de un amigo, un compañero de deportes, o en la escuela.
  2. Si naciste en Argentina, lo más probable es que tu familia te haya inculcado la religión oficial (católica apostólica romana). O si fuiste a un colegio religioso, te habrán enseñado a poner tu fe en Dios, mediante una lista de mandamientos, tradiciones, ritos y sacramentos.
  3. Si tu fe comenzó durante la infancia, porque tuviste la bendición de que tus padres y quizás tus abuelos eran cristianos, seguramente ya te diste cuenta de que Dios no tiene nietos. Tarde o temprano la fe de tus padres no te alcanzó, y tuviste que tomar tu propia decisión por Jesús.

El objetivo de este curso es que mantengamos una conversación sobre la fe. Por eso se llama Punto de Partida.

  1. Si creciste sin una formación espiritual o recién has comenzado una relación personal con Jesús, éste puede ser literalmente un punto de partida para vos.
  2. Si perdiste la fe en algún momento de tu vida, seguramente esta puede ser la oportunidad para reencontrarte con Cristo.
  3. Si todavía estás buscando, te queremos ayudar a encontrar lo que todos necesitamos.
  4. Si llevas años en la Iglesia, y después de alguna situación particular (como la pandemia del Covid) te surgieron preguntas, y necesitas redescubrir los fundamentos de tu fe, también este es el lugar para vos.

Gracias por ser parte de este viaje de 6 semanas, donde vamos a explorar juntos nuestra fe en Dios, que crecerá y se fortalecerá en los días por venir.

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