Leccion 3, Tema 2

2.2 Aprendiendo A Orar

Progreso de Leccion
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Ya que la oración es un ingrediente esencial para caminar con Dios, vamos a aprender algunos principios y beneficios que se encuentran en la Biblia acerca de este tema.

1.   Jesús nos enseñó el modelo de la oración

Cuando sus discípulos le pidieron que les enseñara cómo orar, Jesús les dio un modelo (Mateo 6:9-13). Esta oración, conocida como el “Padre nuestro”, no debemos verla como un rezo o algo que debamos repetir de memoria. Más bien, es un modelo a seguir para que con libertad, y usando nuestras propias palabras, nos comuniquemos con nuestro Padre Celestial.

  1. Comenzar alabando a Dios, reconociendo su grandeza, y agradeciéndole todo lo bueno que hace por nosotros: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre” (v. 9)
  2. Pedirle a Dios que se haga Su Voluntad en nuestras vidas y circunstancias: “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” (v. 10)
  3. Reclamar las bendiciones de Dios para nuestro sustento, como el trabajo, comida, vivienda, etc.: “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy” (v. 11)
  4. Pedir perdón por nuestras malas acciones, que entristecen a Dios, y dañan a otras personas: “y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores” (v. 12)
  5. Pedir fortaleza para vencer toda tentación, y protección divina que nos libre del mal: “Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal” (v. 13a)
  6. Terminar como empezamos, con alabanza y gratitud a Dios: “porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén” (v. 13b)

2.   La oración nos permite expresar nuestras peticiones a Dios

La oración es la manera designada por Dios para que le hablemos de nuestras preocupaciones y necesidades. El Señor Jesús dijo que el Padre conoce nuestras necesidades aún antes que se lo pidamos (Mateo 6:8). Pero Dios espera que recurramos a Él en oración, para que aprendamos a creer en su poder. Porque es nuestra fe la que mueve la mano de Dios.

"Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre." (Mateo 7:7-8, NVI)

3.   La oración nos ayuda a vencer la preocupación

En medio de las pruebas y dificultades, podemos recibir la paz y dirección de Dios por medio de la oración.

“No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:6-8, NTV)

4.   No estamos solos cuando oramos

Dios nos ha dado su Espíritu Santo para ayudarnos en la oración. Aun cuando no sepamos cómo orar, el Espíritu Santo nos enseña y guía cómo debemos hacerlo.

“Y el Espíritu Santo nos ayuda en nuestra debilidad. Por ejemplo, nosotros no sabemos qué quiere Dios que le pidamos en oración, pero el Espíritu Santo ora por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y el Padre, quien conoce cada corazón, sabe lo que el Espíritu dice, porque el Espíritu intercede por nosotros, según la voluntad de Dios.” (Romanos 8:26-27, NTV)

5.   La oración principalmente se debe hacer en privado

Por lo general, y siguiendo el ejemplo de Jesús, nuestra oración a Dios es un acto privado. Es decir, debemos buscar un momento del día y un lugar tranquilo para estar a solas con Dios, y hablarle por medio de la oración.

"Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará en público." (Mateo 6.6, NVI)

6.   Hay otras oraciones que se hacen en grupo

Existen otro tipo de oración que las hacemos cuando estamos reunidos como Iglesia. Esto puede ser con todo el grupo grande (Ejemplo: una reunión general el día sábado o domingo, o una reunión de oración); o también en los grupos pequeños que se reúnen semanalmente en casas de familia, a los que llamamos Grupos de VIDA.

Jesús prometió que estaría presente por medio del Espíritu Santo cada vez que nos congregamos en su nombre (Mateo 18:20). Hay un poder especial de Dios que se desata cuando nos ponemos de acuerdo en oración, e intercedemos por las necesidades de otros.

"Así que recomiendo, ante todo, que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos, especialmente por los gobernantes y por todas las autoridades, para que tengamos paz y tranquilidad, y llevemos una vida piadosa y digna. Esto es bueno y agradable a Dios nuestro Salvador, pues él quiere que todos sean salvos y lleguen a conocer la verdad."
(1 Timoteo 2.1-4, NVI)

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